En el spot, de sesenta segundos, el Abarth 500 recorre a toda velocidad los pasillos de una mansión. Al final, el coche se detiene en un salón lleno de invitados, y es entonces cuando la puerta izquierda se abre y aparece la pierna de Charlie Sheen, con una pulsera electrónica adherida a su tobillo.
A continuación Sheen saluda al público y la espectacular modelo rumana Catrinel Menghia, ya conocida de este otro anuncio de Abarth que se emitió en el descanso de la Super Bowl:
«Me encanta estar bajo arresto domiciliario», comenta Sheen, a lo que Menghia le responde: «¿Y qué consigo yo por buen comportamiento?». Finalmente, aparece sobreimpreso el lema: «No todos los chicos malos fueron creados iguales».