Tras meses anunciando que varias etapas se disputarían en el Empty Quarter, la zona más inhóspita y desconocida de la península, finalmente se abortó la idea, ya que la zona se encuentra demasiado alejada de la civilización y el traslado de los heridos en un potencial accidente tardaría varias horas en gestionarse.
Paralelamente, la gran cantidad de vehículos inscritos en el Dakar Classic también comprometía una caravana con tantos participantes, por lo que se ha simplificado el recorrido con menos especiales (solo 12 etapas) y formato en bucle en cinco de ellas.
Esto no implica que la carrera vaya a ser más fácil. La mayor parte del recorrido, 8.000 kilómetros de los cuales 4.300 son contra el crono, se llevará a cabo en espacios nuevos y desconocidos. El rutómetro digital será cotidiano, y se prevén fuertes penalizaciones en tiempo para el que se salga del recorrido, lo que evitará picaresca y situaciones embarazosas. En cuanto al terreno, la arena promete ser más protagonista que nunca desde que se corre en la península arábiga, lo que debería propiciar cambios continuos en la clasificación debidos a los “enganchones” en las dunas.
Las facilidades de conexión por asfalto harán que el uso de autocaravanas para descansar se generalice, y a las aproximadamente 120 embarcadas desde Europa se unirá otro medio centenar en Arabia, eso sin contar con las furgonetas y camiones de asistencia camperizados. Para la organización, se trata de otra fuente de ingresos, porque a 7.500 euros por unidad y 9,000 por conductor, se supera el millón en el haber de la A.S.O.