España avanza lento en el camino hacia la electrificación, y la previsión de ventas de coches eléctricos para 2024 alcanza un 7 %, según datos de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles. En el resto de países europeos se prevé que los vehículos eléctricos alcancen hasta un 20 % de la cuota de mercado.
Para averiguar cuáles pueden ser los motivos por los que las cifras de ventas de los coches eléctricos siguen siendo tan bajas, el comparador de coches nuevos Carwow ha elaborado una encuesta para conocer los bulos y la verdad sobre los vehículos eléctricos.
Los coches eléctricos son más caros
En la encuesta, el 36 % de los conductores asocia un mayor precio de compra con los coches eléctricos. Carwow asegura que esto es cierto en parte, puesto que cuando se trata de modelos más básicos sí existe una clara diferencia entre las alternativas térmicas y eléctricas. Sin embargo, cuando los precios de los coches superan los 40.000 euros, ambas opciones tienen una tarifa similar. A esto se suma que realizar una carga en casa sale más económico que repostar combustible.
Respecto a los porcentajes de la encuesta sobre estos aspectos, un 51 % de los conductores cree que para mejorar la implementación de los coches eléctricos en España es fundamental reducir su precio. Por otro lado, el 30 % piensa que es fundamental que se incremente la autonomía de las baterías y un 19 % considera prioritario el aumentar la red de puntos de recarga en nuestro país.
Autonomía y puntos de recarga
Y es que el segundo concepto que más asocian los conductores cuando piensan en un coche eléctrico es la menor autonomía frente a la que ofrece un vehículo de combustión; esto lo piensa el 33 %. Por su parte, el 63 % considera que la autonomía que alcanzan los eléctricos actuales no es suficiente y que deberían igualar a las de los térmicos.
Esta percepción no se ajusta demasiado con la realidad, ya que Carwow indica que, aunque los coches eléctricos no llegan a recorrer más de 600 kilómetros con una carga, como sí sucede con un depósito de gasolina, las baterías de los eléctricos pueden hacer hasta 300 kilómetros por autovía sin problemas.
Por otro lado, un 52 % de los encuestados sabe que la autonomía homologada por los fabricantes no coincide con la real de uso, y que se suele quedar en unos dos tercios. Cerca del 20 % de los conductores piensa que la autonomía real suele ser la mitad de la homologada, y el 10 % cree que la autonomía homologada es cercana a la autonomía real.
Respecto a los puntos de carga, el 81 % de los encuestados cree que no hay suficientes y es una de las razones que más les desmotiva para comprar un coche eléctrico. El 15 % considera que no hay suficientes pero que su número va aumentando progresivamente.
¿Qué hay de verdad en esto? Según datos de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE), a cierre de 2023 había más de 29.000 puntos de recarga y otros más de 7.000 estaban instalados pero pendientes de trámites administrativos para activarse.
Por lo tanto, con las baterías actuales y gracias a esta red de puntos de recarga en crecimiento, la experiencia de conducción puede ser similar a la que se tendría con un coche de combustión, sobre todo si circulamos por carreteras de la red principal (en zonas más apartadas sí puede ser aconsejable planificar el viaje y las paradas con antelación).
Bulos sobre el mantenimiento y las averías de los eléctricos
¿Y el mantenimiento de los coches eléctricos? ¿es más caro que el de un vehículo térmico? El 34 % de los conductores encuestados piensa que sí porque las baterías se degradan y estropean. Sin embargo, esto es un bulo porque, tal y como responde el 32 % de los encuestados, los coches eléctricos tienen una mecánica más sencilla y cuentan con menos elementos de desgaste y fricción que los coches térmicos, por lo que apenas tienen reparaciones y las revisiones son muy sencillas.
En este sentido, es muy raro que un coche eléctrico tenga problemas antes de los 300.000 kilómetros. Por último, existe un mito sobre que este tipo de vehículos son más propensos a sufrir un incendio, pero la verdad es que el 55 % de los encuestados no está seguro sobre esta afirmación; y el 34 % sí cree que proporcionalmente sufren más incendios a pesar de que los datos demuestran lo contrario
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