En su larga historia como fabricante de automóviles, Seat ha estado siempre muy ligado al mundo de la competición. Es en este escenario donde la marca con sede en Martorell ha mostrado en todo el mundo sus prestaciones, fiabilidad y valores. De todas las disciplinas en las que ha participado, los rallyes ocupan un lugar destacado.
La primera aparición de Seat en el Mundial fue en el Rallye de Monte-Carlo de 1977, donde Antonio Zanini, Salvador Cañellas y Salvador Servià lograron un resultado histórico en una prueba inolvidable para el automovilismo de nuestro país. Al volante de dos Seat 124D Especial 1800, Zanini y Cañellas finalizaron en la tercera y cuarta posición, mientras que Servià hizo lo propio con un séptimo puesto a los mandos del 1430/1800.
Después de esto, pasaron 23 años hasta Seat volvió al panorama mundial de los rallyes. Así, en 1995, la marca española dio el salto a la recientemente creada Copa del Mundo FIA de 2 Litros en 1996 con el Seat Ibiza Kit Car, un modelo adaptado a un reglamento más asequible que el WRC pero igualmente competido y espectacular, con tracción delantera y un motor de dos litros que proporcionaba 255 CV de potencia.
Los trofeos no se hicieron esperar y Seat, en su debut, se pudo permitir soñar con el título. La victoria de Jesús “Chus” Puras en Portugal, unida a los podios de Erwin Weber en los rallyes de Monte-Carlo, Portugal, Nueva Zelanda, Australia, y también de Josep “Mia” Bardolet en España, sin olvidar los puntos de Ferrán Font logrados con el Ibiza GTi 16V Gr.N con el que competía tras hacer los reconocimientos, permitieron a Seat llegar a la última cita de la temporada con opciones de alzarse con la Copa del Mundo.
Así, apostaron el todo por el todo en la cita final de Gran Bretaña. Allí, tras una dura lucha y un enorme esfuerzo, Harri Rovanperä (recién llegado al equipo) y Erwin Weber finalizaron en la cuarta y quinta posición de su categoría respectivamente, que sirvió a Seat para lograr el título en la Copa del Mundo FIA de 2 Litros en su primer año, superando a marcas con mucha más experiencia. La meta del rallye británico no fue el fin de aquella aventura; más bien fue el principio, pues Seat regresó con más fuerza y potencial en las dos siguientes temporadas, 1997 y 1998, en las que revalidó el título de marcas con las evoluciones y mejoras instaladas en el Ibiza Kit Car.