Vivo a unos 50 kilómetros de Madrid en dirección norte, en un pueblo donde sólo hay dos puntos públicos de recarga si hablamos del núcleo urbano. Como periodista de Autofácil que soy, pruebo todo tipo de coches y voy casi a diario a nuestras oficinas de Madrid. Si no fuera porque siempre, o casi, tengo coches de pruebas con los que estoy trabajando, es posible que me asaltase una duda que muchos conocidos me han planteado cuando me han visto probando el Dacia Spring 45: ¿nos interesa un coche así para acudir a diario a Madrid?

Bien, vayamos por partes. Un Dacia Spring es un modelo completamente eléctrico de cinco puertas, 3,73 metros de largo, 45 CV y una batería de 27,4 kWh de capacidad con la que homologa una autonomía de 230 kilómetros. Tiene cuatro plazas y un maletero de 270 litros, y en su ajustado equipamiento no echarás en falta cosas que podemos considerar básicas para el centro de Madrid como puede ser el aire acondicionado, los elevalunas eléctricos, control de estabilidad… Su precio es de 20.555 euros, aunque con las ayudas actuales lo normal sería que te lo pudieses comprar por 13.555 euros del Plan Moves III.

Cómo es por dentro el Dacia Spring 45
Ya tenemos los datos. Vayamos con las sensaciones, y empecemos por el interior. Por un lado, tenemos un buen maletero por capacidad y porque sus formas son además bastante regulares. Echamos en falta guarnecidos en la cara interna del portón o detalles de ese estilo, pero todo sea por ahorrar peso (este coche pesa 1.045 kilos) y dinero, supongo…

Las plazas traseras son un tanto justitas por espacio para las piernas. Yo mido 1,64 metros y, con el asiento del conductor a mi distancia, entro un tanto justo en la plazas trasera de ese mismo lado. Por altura o anchura, dado que sólo tiene dos plazas detrás, no hay problema. Vamos, que como coche para llevar a un par de adolescentes que aún no hayan dado el estirón o un par de sillitas, vale perfectamente.
En el puesto de conducción, debo reconocer que yo no he encontrado grandes problemas para dar con una postura de conducción buena, pero la falta de reglajes el volante pueden ser un problema para personas de otras estaturas. Aquí, comparado con otros coches, sí se nota que el Spring es un coche relativamente estrecho, porque da la sensación de que las puertas están más cerca de lo habitual y, exagerando un poco, también puedes pensar que es mejor que te lleves bien con el copiloto, por aquello de que el roce hace el cariño… No es para tanto, desde luego, pero sí es cierto que el 1,57 metros de anchura de la carrocería se deja notar un poco en el interior (por ejemplo, la carrocería de un Renault Clio tiene 22 cm más de anchura).
Si hablamos de acabados, la palabra es sencillez. Mucha sencillez. Plásticos duros, asientos de poca sujeción, iluminación interior básica… Tampoco esperaba más, la verdad, y no creo que sea algo a criticar teniendo en cuenta que estamos hablando de el Dacia más sencillo de la gama. La parte buena es que en marcha no se aprecian crujidos, ni hay desajustes apreciables. Además, los mandos que hay son sencillos de manejar, y hasta la simple pantalla central es fácil de utilizar en marcha.
Cómo va el Dacia Spring 45
Nos ponemos en marcha. Aquí no hay tarjeta ni arranque por botón. Metes la llave, la giras y el Spring arranca. Donde debería estar la palanca de cambios hay un mando circular que permite seleccionar el sentido de la marcha. En el salpicadero, un botón Eco permite que haya dos modos de conducción: el citado Eco y el normal. No necesitas saber más para iniciar la marcha.
He cogido el coche en Madrid, en nuestras oficinas. Está en modo Eco. Salgo del garaje y comienzo a circular por las calles de la zona, sin superar las 50 km/h. El Dacia Spring 45 se mueve con agilidad, pero enseguida me doy cuenta de que el modo Eco es bastante prescindible, pues adormece de forma notable la respuesta del coche.
Lo he cogido con un 96% de batería, marcaba una autonomía de 226 kilómetros, sólo cuatro menos del dato homologado al 100%. Quito el modo Eco. La autonomía baja nueve kilómetros, peor el coche gana mucho en respuesta del acelerador. Salgo a la M-30. El Dacia se mueve con sorprendente soltura hasta los 70-80 km/h, y digo sorprendente porque el coche del que me he bajado antes de coger este Spring ha sido un BMW M340d Touring de 340 CV; si después de bajarte de semejante pepino piensas que el Spring se mueve con soltura, es que el Spring, efectivamente, se mueve con soltura.
Es más, este coche está limitado a 125 km/h y, cuando salgo por la N-I y llego a la zona limitada a 120 km/h, compruebo que el Dacia Spring 45 no tiene grandes problemas para moverse a 100-110 km/h. Incluso, puedes ir a 90-100 km/h, acelerar a fondo para iniciar un adelantamiento, y plantarte en los 125 km/h con relativa facilidad.
Obviamente, y como pasa con todos los eléctricos, la autonomía se empieza a resentir cuando tratas de mantener ese ritmo, pero ya os adelanto que, en esta prueba, he comprobado que si te mueves por ciudad a ritmos normales, y por carretera a unos 100 km/h, lo normal es contar con una autonomía real cercana a unos 200 kilómetros.
Cuánto cuesta cargar un Dacia Spring 45
¿Coste de cada carga? Pues, por poner un ejemplo, uno de los días lo dejé cargando cuando quedaban 67 kilómetros de autonomía. Recargué al 100%, para lo que necesité 19,67 kWh que me cobraron a 0,32231 kWh en un cargador privado. En este caso, es más caro que cargar en casa. La recarga salió por 7,57 euros, y el coche empezó a marcar una autonomía de 235 kilómetros. Es decir, en este caso, cada 100 kilómetros han salido por 4,50 euros. En casa, lo normal sería que fuesen poco más de tres euros, con el precio actual de la luz (estamos en mayo de 2023).
¿Y por comodidad o comportamiento? En lo primero, bien. El coche no es demasiado ruidoso (normal; es eléctrico y no coge una gran velocidad para notar mucho ruido aerodinámico), y cuenta con una suspensión de tarados blandos que favorece la circulación por zonas con guardias tumbados o asfaltos irregulares.
Por comportamiento, esa suspensión blanda, unida a unos neumáticos estrechos de bastante perfil (165/70-14), hacen que el Spring tenga unas reacciones algo torpes en curva si intentamos ir deprisa, con cierto balanceo de la carrocería y movimientos amplios y un tanto lentos. Pero efectivamente, es lo que estás pensando: no creo que nadie en su sano juicio quiera un Dacia Spring para esto. Y es más, a ritmo normal, va bastante bien, con unas reacciones muy nobles y una ligera tendencia a irse de frente cuando empezamos a acercarnos a los límites. Por eso, es fácil saber cuándo vamos demasiado deprisa y, también, es muy fácil solucionar el problema sin esfuerzo.
Con todo esto, ¿es un coche interesante para bajar a Madrid a diario si, como yo, vives en un pequeño pueblo de la sierra? Pues la respuesta es que puede serlo sin grandes problemas, siempre que seamos conscientes de sus limitaciones. Pero, sin duda, su hábitat natural, donde nos parece un eléctrico perfecto, es en ciudad o, si acaso, para desplazarnos hasta algún núcleo cercano a las grandes urbes. Ahí es un eléctrico perfecto.
Es más, es que esto es para lo que un eléctrico es un coche perfecto. Los grandes SUV’s de más de dos toneladas o los deportivos de más de 600 CV completamente eléctricos son algo que no acaban de tener demasiado sentido en la actualidad, pero eso da para otro debate.
Otra cosa es el tema de precio. 13.555 euros con ayudas por este coche es una cifra considerable, y más aún cuando uno brujulea por las páginas de coches de segunda mano y ve lo que hay por ese dinero… Pero, como decía justo en el párrafo anterior, eso da también para otro debate.
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