
La octava etapa del Rally Dakar partía de Antofagasta, todavía en el norte de Chile. 508 km. de cronometrada y 268 de enlace esperaban a los participantes, quienes deberían rodar por uno de los terrenos más delicados de toda la competición. Y no ha sido hasta los últimos compases de la jornada cuando Carlos Sainz y su copiloto Lucas Cruz se han quedado clavados en una duna con su Touareg.
Los españoles rodaron segundos durante toda la prueba de ayer, pero de estar respirando en la nuca de Al-Attiyah, pasaron a ceder más de ocho minutos. La puntilla fue dada poco después por un agujero del que hubo que volver a sacar al Volkswagen Race Touareg 3. Ya en la séptima etapa el qatarí había reducido a la mitad el margen de Sainz. Pero en su opinión no debería cundir el pánico: «La diferencia es mínima, cinco minutos no son nada en esta carrera y quedan días muy complicados en los que atacaremos al máximo para recurerar el liderato. El Dakar no se acaba hasta llegar a Buenos Aires».
Al Attiyah venció sobre Sainz por 6 minutos 36 segundos, lo que en la general se traduce en 5 minutos 14″. La buena noticia para Sainz es que definitivamente se quita un rival de en medio, pues ayer Peterhansel acabó a una hora, 13 minutos y 31″ del ganador, en una jornada en la que VW copó las cuatro primeras posiciones y BMW X-Raid se hundió más que nunca. Como de costumbre, Peterhansel pareció abonado a los pinchazos, rematados por probemas de recalentamiento: «No nos ha quedado otra que reparar el ventilador y después nos hemos tenido que parar con frecuencia para añadir agua al radiador». En la séptima etapa, Peterhansel ya acabó a siete minutos por culpa de los pinchazos, cuando durante la mayor parte de aquella jornada había estado pegado a Sainz.
Pero peor les ha ido, en camiones, al equipo KH7 Epsilon Team Dakar, formado por Jordi Juvanteny, José Luis Criado y Fina Román. Un ventilador se partió en mitad de la etapa, y de paso ha dañado el conducto del líquido del radiador. Pero Juvanteny ha sabido repararlo y continúan en el rally, después de una etapa en la que han visto cómo la sombra del abandono se cernía sobre ellos. Junto a un pinchazo más adelante, el resultado ha sido que se les hizo de noche para llegar a meta, 13 horas por detrás del vencedor en caminones, Vladimir Chagin.
La parte buena es que Marc Coma sí conserva su liderato en motos. Coma se hizo con la etapa de ayer tras atrapar e imponerse a «Chaleco» López.
Lo que aguarda esta tarde a los participantes no es menos intimidatorio: A las ya familiares dunas se unirán auténticas montañas de arena con pronunciadas pendientes. Puede que la ruta Copiapó-Copiapó haga pensar en un paseo por el extrarradio de la ciudad productora de vino chileno, pero los 235 kilómetros no darán tregua a los participantes. Los que sepan pasar de puntillas y apañárselas para salir de las trampas de la naturaleza llevarán ventaja. Y ayer Sainz cogió experiencia en eso…
De modo que por lo pronto Al-Attiyah se ha llevado dos victorias consecutivas y ahora es Sainz quien lo tiene que atrapar a él. El Dakar 2011 se pone al rojo vivo.