En esta operación policial han sido detenidos ocho miembros de la organización, cinco en Valencia y tres en Madrid, todos ellos especializados en la fabricación y trasnformación íntegra de los coches utilizados como «donantes» hasta reconvertirlos en automóviles de lujo, en algunas ocasiones por previo encargo. En total se han intervenido 19 vehículos, 17 falsos Ferrari –copias de los modelos F 430, F 430 Spider y F 458– y dos imitaciones de Aston Martin, de los que no se ha especificado el modelo.
La organización tenía sus talleres en las localidades valencianas de Algemesí y Albalat dels Sorells, donde realizaban el grueso de las transformaciones, partiendo de modelos como el Toyota MR2. También disponían de una tienda donde, por encargo, les realizaban los logos y otros signos distintivos de los vehículos. otros componetnes eran importados desde Inglaterra e, incluso, desde la mismísima fábrica de Maranello.
A pesar de lo que se ha podido dejar entrever en las informaicones vertidas por algunos medios, no etamos ante un presunto delito de estafa, puesto que los compradores sabían perfectamente lo que adquirían –e incluso se les realizaban las transformaciones por encargo–, sino que estamos ante un presuntyo delito contra la propiedad industrial, de hecho la actuacion policial ha venido motivada por una denuncia interpuesta por los representantes de Ferrari en España, después de conocer por internet la existencia y venta de estas falsificaciones.
Los modelos se comercializaban por un precio medio de unos 40.000 euros, mientras que los modelos originales tienen precios próximos a los 20.000 euros. Los vehíciulos se ofertaban a través de internet y su venta se realizaba en Madrid.
La Policía trabaja ahora en verificar la procedencia de los vehículos donantes y si tienen su documentación al día y si los trámites realizados son válidos, por ejemplo en el caso de las ITV que han pasado estos vehículos.
Esta es la primera actuación de este tipo que se lleva a cabo en Europa y si las autoridades empiezan a poner sus ojos en las «réplicas» automovilísiticas, una industria como las de los kits de transformación –muy arraigada en países como el Reino Unido– podría pasar a ser un negocio ilegal.