Reducir la contaminación es una de las grandes preocupaciones de todas las grandes ciudades de Europa y una de las muchas soluciones es la de impulsar el uso del coche compartido para recudir el tráfico rodado. Compartir coche es ya una alternativa real al transporte público, pues cada vez son más las posibilidades para utilizar este servicio.
Para unificar y visibilizar estos servicios, cada vez más comunes, la Dirección General de Tráfico (DGT) está preparando un potente paquete de medidas. Entre ellas, destaca una etiqueta identificativa para ayudar al desarrollo de este producto de movilidad en las ciudades.
Con la nueva DGT 3.0, que incrementa el flujo de información sobre circulación, vehículos o accidentes que recibe el organismo, los vehículos de car sharing estarán, a partir de septiembre, conectados a una central de datos que identificará a cada vehículo en función de sus características, la empresa que lo opera y los servicios que presta. La DGT premiará con determinados privilegios a estos coches según su grado de implicación en el proyecto de movilidad sostenible.
La Asociación Española de Car-Sharing estima que, a final de año, estos servicios incrementarán su base de clientes en un 115% frente a lo registrado en 2014, con unos 70.000 usuarios anuales a final de 2016. Los vehículos se incrementarán en un 85%, hasta los 880 automóviles funcionando en estos servicios.