Hacía más de 40 años que Mercedes-Benz no tenía una versión de su modelo más lujoso sin techo. Por fin, la espera ha terminado y aquí tenemos, con todos ustedes, el nuevo Clase S Cabriolet, la auténtica definición gráfica de lujo sobre ruedas y que llegará al Salón de Frankfurt como uno de los grandes atractivos.
Se puede afirmar que es la referencia a seguir entre los descapotables gigantes –de más de 5 m de longitud-, ya que tanto por distinción y belleza como por tecnología pocos rivales se podrán acercar a sus estándares. Cualquiera que se haya subido en un Clase S sabe de qué se está hablando: es igual, pero sin techo. Refinamiento elevado a la máxima potencia.
De hecho, su frontal y su trasera hacen que comparta el 60% de las piezas con el Clase S Coupé, pero hay un tercer volumen nuevo que lo hace más largo y cuya función es separar la capota de la carrocería mediante un marco cromado que rodea la parte de arriba de los paneles. Esto lo hace un vehículo más estilizado y puntiagudo, inspiración que seguro servirá para las próximas generaciones del SL o el SLK.
La capota, a pesar de ser de lona no implica su fragilidad, pues utiliza tres capas para mejorar el aislamiento tanto acústico como climatológico. Es elegible hasta en 4 colores tarda en plegarse y desplegarse únicamente 20 segundos, y puede hacerlo en marcha hasta circular a 60 km/h.
El sólido comportamiento es el mismo que si estuviésemos hablando de un todo, gracias en gran parte a un sistema llamado Aircap que despliega unos deflectores en la parte delantera y trasera del coche y protege a los hasta 4 pasajeros de cualquier turbulencia. De igual forma, el Airscarf se encarga de climatizar los alrededores del cuello de los ocupantes, mientras que las barras antivuelco solo entran en acción si detectan que es necesario.
Tecnolígicamente, el Clase S Cabriolet cuenta con todos los sistemas integrados en la berlina de la que deriva, añadiendo alguno más, como el Thermotronic –sistema de climatización de 12 sensores que varía en función de si llevamos la capota abierta o cerrada, de la radiación solar y de la temperatura exterior-.
En el interior, como cabría esperar, predominan los materiales de la mejor calidad, y, aunque se le ha intentado dar el toque de deportividad que su exterior sugiere, el habitáculo es prácticamente calcado al del Clase S.
Mecánicamente, los motores no ofrecen muchas sorpresas, y se ofrecen dos variantes ya conocidas. El más ´modesto´ es el V8 del S 500, que desarrolla 455 CV y 700 Nm de par motor asociado a una caja automática 9G-Tronic. Por su parte, AMG no podía quedarse al margen, y aporta el propulsor restante, que monta el S63, con tracción 4Matic, 585 CV y 900 Nm de par. 3,9 segundos le toma llevar los aproximadamente 2.000 kg de este modelo desde parado hasta los 100 km/h.
Aunque tengamos este mes una cita con él en Frankfurt, los afortunados y pudientes compradores de este descapotable no podrán empezar a disfrutar de él hasta principios del año que viene. Seguro que la espera vale la pena.