DS 3 BlueHDI 120 Sport, a prueba

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Que no, que ya no se llama Citroën. DS ahora es una marca independiente de Citroën, así que el coche que te mostramos en estas páginas es de la firma DS; y éste, en concreto, es un 3. DS 3. Suena raro, lo sé, pero sólo hasta que te acostumbras.

La cuestión es que este cambio de denominación ha coincidido con el primer restyling del 3, este coqueto urbano de tres puertas –también se vende en versión Cabrio– y 3,94 m de largo derivado del Citroën C3. Aparentemente, las modificaciones son escasas: luces de día por leds, la posibilidad de contar con unos nuevos faros que combinan la iluminación led con xenón, algunas novedosas posibilidades de personalización… Vamos, las típicas chorradas que pondrán de mala leche a quien se haya comprado un Citroën DS3 hace tres meses…

Técnica. Todo iluminado

El DS 3 estrena, en opción o de serie en función del acabado, un sistema de iluminación que combina alumbrado con faros de xenón para corto alcance con otro formado por tres módulos con tecnología led para el de carretera. El hecho de utilizar estos últimos para las luces de largo alcance, permite que el de xenón sea de baja intensidad; de esta forma, la marca francesa puede prescindir de los lavafaros. Este elemento es obligatorio en los faros de xenón normales, debido a que la acumulación de suciedad en los cristales puede provocar deslumbramientos al resto de conductores.

Lo bueno es que también ha habido algunos cambios técnicos. Pocos, pero lo suficientemente importantes como para habernos dejado muy buen sabor de boca. Llevaba tiempo sin subirme a un DS 3; de hecho, la última vez que me puse a los mandos de uno fue de un Racing, la versión más deportiva. Quizá por eso, no esperaba que el nuevo 1.6 BlueHDI de 120 CV fuese a sorprenderme como lo ha hecho. Los 10 CV más de potencia respecto al anterior 1.6 HDI 110 se notan, y eso que su consumo sigue siendo bajo. Pero no fue eso precisamente lo que más me llamó la atención; en realidad, lo que me gustó a mí –y a todos los miembros de la redacción que lo hemos conducido– es el tacto general de este DS 3. El cambio manual de seis marchas es durito pero resulta muy preciso y la suspensión es más bien firme, algo que ayuda a que las reacciones del chasis sean más deportivas de lo que uno espera al principio.

Además, por dentro tampoco hay grandes cambios, con una calidad que sigue siendo un poco mejor que la de un C3 y una buena postura al volante. Hasta aquí, el DS 3 es uno de esos coches que no te importaría tener en casa hasta que ves que, con este motor, cuesta desde 22.700 euros. Vale que está muy bien equipado de serie y que es un modelo que goza de cierta exclusividad pero, por ese precio, hay compras más razonables.