El Motor y la Crisis Mundial convivirán por buen cauce y desembocarán felizmente

Nadie debe interpretar el accidente como provocado por la Crisis. Simplemente, ha sido un fallo por las excavaciones para el Metro hispalense. Aunque una Crisis económica general, como la vivida en estos momentos con carácter global, afecta a todos los ámbitos, tanto industriales como mercantiles, consumidores, auxiliares e informativos y quiosqueros. Sus pasos parecen dirigirse […]


Nadie debe interpretar el accidente como provocado por la Crisis. Simplemente, ha sido un fallo por las excavaciones para el Metro hispalense.

Aunque una Crisis económica general, como la vivida en estos momentos con carácter global, afecta a todos los ámbitos, tanto industriales como mercantiles, consumidores, auxiliares e informativos y quiosqueros.

Sus pasos parecen dirigirse hacia la nada, hacia el fin, como enfermedad infecciosa, todavía sin remedios específicos. Pero no. No seamos timoratos ni agoreros. Ciertamente, la crisis exige soluciones políticas, -todos a una-, con fórmulas magistrales inspiradas solo por intuición, al ser una endemia desconocida hasta ahora.

Insistentes informaciones nos demuestran cómo incide el problema económico a todo el orbe, sin excepciones. Mientras llega el deseado final, las revistas especializadas también temen el futuro indefinido.

Sin embargo, en las dedicadas al Motor es preciso diferenciar las publicaciones analíticas, veraces y prácticas
– útiles tanto para el Sector como para los usuarios – y las nacidas exclusivamente por la generosa sombra publicitaria ocasional, coincidente con épocas muy vendedoras.

Quienes figuramos en la primera división vemos el mañana con optimismo, sobre todo si sabemos combinar comunicación impresa con Internet, medios muy complementarios en nuestro periodismo: Mantendremos instantánea información para la clientela motorista ávida por conocer, cuanto antes y con precisión, todo lo nuevo, tanto en vehículos como en sus respectivas I+D+i.

Probablemente la crisis reducirá el fondo editorial sobre Motor, pero simultáneamente purificará el mercado, separará la ganga y la mena, perdurando únicamente las revistas empeñadas por todos los medios en mantener vivo el conocimiento a fondo, el afecto y la confianza en los imprescindibles vehículos automóviles. Su ininterrumpido proceso perfeccionista, acorde con la nueva Edad Mundial, ya comenzada.

Mientras escribía los párrafos anteriores, -El Periódico de la Publicidad- me pidió opinión sobre estos difíciles momentos y su repercusión en nuestros medios informativos. Ante la coincidencia temática le he transmitido al colega mis criterios, ya escritos para esta carta.

En efecto, el tsunami económico ha surgido casi sin aviso, más bien con sorpresa, como el quiosco hundido, y afecta a todo el mundo, por supuesto incluido el negocio editorial.

No obstante, el Motor como industria para la vida contemporánea, y todos sus derivados, como redes comerciales, servicios múltiples y medios informativos especializados con solvencia, seguirán vivos por necesidad y, además, con renovada pujanza.

En esta seguridad, transmito, a cuantas personas están implicadas en los sectores Motor y Prensa, mis mejores deseos y esperanzas para el Nuevo Año 2009, extensivos a todos nuestros lectores con agradecimiento por su confianza en nuestra información.

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