Hace unos meses, la UE prohibía, a partir del 1 de enero de 2035, la venta en el territorio comunitario de vehículos nuevos con emisiones contaminantes; lo que condenaba ya no sólo a los modelos con motor térmico, sino también a aquellos con motorizaciones híbridas e incluso híbridas enchufables.
Sin embargo, la oposición y la presión de países como Alemania (el primer fabricante europeo de automóviles, Italia y Polonia; hizo que la Comisión tuviera que dar un paso atrás y admitir la continuidad de la venta de coches con motor térmico… siempre que estos utilizaran combustibles neutros en emisiones de CO2, también conocidos como ecocombustibles.
Pese a que, en principio, esta posibilidad mantenía como una realidad la continuidad de las ventas de los coches con motor térmico, el problema radica en que la Comisión Europea fue muy tajante en la definición de ecocombustibles, indicando que sólo aceptaría como tales aquellos de origen sintético y no aquellos provenientes de residuos orgánicos y conocidos como biocombustibles.

Y la cuestión está en que la producción de ecocombustibles sintéticos resulta muy cara ya que se produce a partir de CO2 “capturado de la atmósfera o de procesos industriales” y de hidrógeno renovable o verde, que se “fabrica mediante la electrólisis del agua utilizando electricidad renovable, por lo que el proceso no emite CO2”.
Frente a ello, los biocombustibles sostenibles son aquellos que “se fabrican con residuos de todo tipo”, como aceite de cocina usado, residuos agrarios, forestales y urbanos… y su proceso de fabricación es mucho más barato.
La denuncia de varias empresas frente a la UE por la prohibición de coches térmicos
En este contexto, Lühmann Gruppe, una empresa dedicada a la fabricación de ecocombustibles ha denunciado a la UE por esta prohibición. Ya que, incluso con la ventana abierta al uso de ecocombustibles sintéticos, esta compañía se opone al “endurecimiento de las normas sobre emisiones de CO2”. Según la empresa, esto “obstaculiza el establecimiento de una industria innovadora en combustibles renovables”, ya que los ecocombustibles “podrían contribuir a alcanzar los objetivos climáticos”.

A esta denuncia se han sumado posteriormente varias otras empresas alemanas del sectro, que defienden asimismo la inclusión como ecocombustibles también aquellos de origen biológico: «Nosotros apoyamos los objetivos climáticos de la UE y querríamos contribuir a ello con combustibles neutros en carbono basados en energías verdes o de origen biológico», señala en un comunicado Lorenz Kiene, directivo de una de las estas empresas, Christian Lühman GmbH.
De hecho, estas empresas que han presentado la demanda defienden que los ecocombustibles son «la única posibilidad» de que los coches con motor térmico «que dominarán el mercado aún muchos años» circulen con un menor impacto ambiental. De hecho, en declaraciones a medios alemanes, el propio Kiene acusa a la UE de tener razones «ideológicas» para prohibir la venta de coches gasolina y diésel en 2035: «el plan de la UE está alimentado sólo por motivos ideológicos, no por los hechos«.
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