Este Citroën 2 CV Sahara AZU 4×4 de 1964 busca dueño

Concebido por el célebre ingeniero francés Pierre-Jules Boulanger, quien desde 1935 hasta 1950 fuera vicepresidente, jefe de la oficina de diseño de Citroën y en gran medida artífice de la resurrección de la económicamente hundida firma francesa, el Citroën 2 CV es uno de los indiscutibles protagonistas de la historia del automóvil.

El modelo original fue presentado en el salón del automóvil de París de 1948, y estuvo en producción hasta 1990 en la fábrica portuguesa de Mangualde, si bien a lo largo de su vida fue fabricado hasta en nueve países.

La rueda de repuesto “de contacto” sobre el capó delantero y la apertura del ventilador del motor en la portezuela trasera distinguen inequívocamente al Sahara 4x4 del resto de Citroën 2 CV.

Hoy estamos acostumbrados a verlo, y no nos sorprende encontrar unidades aún en funcionamiento, especialmente en entornos rurales, donde sus suspensiones de brazos tirados con muelles que conectan los brazos de cada lado del vehículo eran perfectas para circular por caminos. Eran, incluso, más revolucionarias que el diseño de su compacta pero muy amplia carrocería, que supuso un antes y un después en el diseño del automóvil.

Citroën 2 CV AZ Sahara: la versión más demandada hoy del icono francés

Y si el Citroën 2 CV en sí mismo es hoy un objeto de colección, su variante de tracción total es un auténtico unicornio del mundo del automóvil. Nació a finales de 1960, y se fabricaron en torno a 700 unidades. Contaba con un chasis reforzado, una suspensión igualmente robustecida, llantas de mayor garganta (aunque no lo parezca a la vista de las finas ruedas), neumáticos con taco, la característica rueda de repuesto sobre el capó, dos plazas individuales traseras y, lo más importante, un motor para cada eje, al igual que hoy emplean muchos de los actuales automóviles y SUVs eléctricos de tracción total. Cada motor, además, estaba alimentado por su propio depósito de combustible, depósitos que estaban ubicados bajo los asientos delanteros.

Un motor delantero y otro trasero se encargan de dotar al vehículo de tracción total. Esta unidad, de 1964, cuenta con dos unidades AZU bóxer de dos cilindros refrigerados por aire, 425 cm3, carburador Solex 28 y un rendimiento de 18 CV (cada unidad). Podían usarse conjuntamente o de forma independiente para disponer de tracción delantera, trasera o total.

El Sahara tenía precisamente su razón de ser en la necesidad de desplazarse por los territorios colonizados por Francia en el norte de África, y de hecho abandonó oficialmente la denominación ‘Sahara’ cuando, a partir de 1962, comenzó la descolonización. Así que muchas de las unidades producidas jamás volvieron a Europa y acabaron desintegradas por las duras condiciones de las pistas de Argelia, la falta de respuestos y, en general, por seis décadas de uso de unos automóviles que no dejaban de ser vehículos económicos ingeniosamente adaptados al uso en medios agrestes.

Este Citroën 2 CV 4×4 Sahara se subastará próximamente

La unidad que puedes ver hoy aquí con una amplísima galería de fotos repleta de detalles que te aconsejamos visitar saldrá a subasta el próximo 9 de octubre en The Zoute Sale, el evento que Bonhams celebra cada temporada en Zoute (Bélgica). Se trata de uno de los rarísimos ejemplares fabricados precisamente en Bélgica, donde se ha documentado la producción de cinco unidades. Y es que los 2 CV se ensamblaron oficialmente en las localidades belgas de Vorst y Lieja, sin contar con las numerosas unidades no oficiales del 2 CV de tracción delantera que los propios talleres de Citroën transformaron en 4×4, en algunos casos antes incluso de que la propia Citroën se decidiera a hacerlo.

Hay dos depósitos de combustible, uno para cada motor, ubicados bajo los asientos delanteros, con la boca de llenado accesible a través de un agujero practicado en cada puertaa. Atrás se montan dos asientos individuales en lugar de un banco.

Este vehículo, con chasis número 1100111, se encuenta “completo” pero pendiente de restauración. Es fácil observar abundantes muestras de óxido en numerosos componentes, incluida la carrocería, burdamente repintada, y la propia casa de subastas reconoce que el vehículo ni siquiera arranca. Aun así es una base perfecta para restaurar, y la casa de subastas británica espera que este lote alcance un valor de entre 70.000 y 90.000 euros, si bien nos aventuramos a pensar que es una cifra demasiado elevada para un vehículo cuya restauración integral podría incluso doblar esas cifras.

Se da, además, la circunstancia de que esta misma unidad fue subastada igualmente por Bonhams en el mismo evento en 2019. Por aquel entonces, el vehículo era completamente operativo (aunque necesitaba igualmente ser restaurado) y alcanzó una puja máxima de 86.250 euros.

Y es que a pesar de ser un vehículo raro, de alta demanda y con pocas unidades producidas, desde 2013 se han subastado al menos 22 unidades, con pujas que generalmente se mueven entre los 65.000 euros en el caso de las unidades necesitadas de mejoras y los 90.000 euros que alcanzan los 2 CV Sahara que se encuentran en mejores condiciones, valores que en este vehículo en concreto son bastante estables a lo largo del tiempo.

La puja más alta conocida de un 2 CV Sahara se produjo en febrero de 2016, en la venta Rétromobile organizada por Artcurial Motorcars. En aquel evento, un modelo de 1961 (chasis número 76) con apenas 11.367 kilómetros recorridos, un único propietario y un historial bien documentado alcanzó la friolera de 172.840 euros, una cifra muy cercana a la que tendría que desembolsar el comprador de la unidad que hoy te presentamos sumando el precio estimado de adquisición y el de una restauración integral. Quién iba a decirle hoy al ingeniero Boulanger que su modesto Citroën 2 CV se vendería hoy al precio de una berlina contemporánea de máximo lujo.