Las empresas japonesas instaladas en China dieron hoy el día libre a sus empleados, como medida de precaución ante las hostilidades sufridas, en las que algunos ciudadanos chinos llegaron a atacar vehículos y concesionarios de marcas niponas. «La seguridad de los empleados es la prioridad número uno«, declaró un portavoz de Toyota. «Ciertas fábricas y ciertos concesionarios van a funcionar hoy, pero otros no. Cada cual tomará una decisión en función de la situación». Toyota tiene 860 concesionarios en China.
Nissan ha mantenido operativa una de sus tres factorías en territorio chino: Xiangyang abrió, mientras que las fábricas de Guangzhu y Zhengzhu cerraron sus puerta, exactamente tal y como sucedió el martes. Nissan produjo en China 1.198.000 vehículos el año pasado.
Honda –970.000 unidades fabricadas en China en 2011-, por su parte, clausuró todas sus plantas de montaje. «Podemos producir estos coches, pero nos inquietan las condiciones de entrega a los concesionarios», dijo su portavoz. Mazda también ha cerrado su factoría de ensamblaje en Nanjing.
El conflicto entre Japón y China ha estallado al querer nacionalizar Japón las Islas Senkaku, un territorio chino que compró una familia nipona. Se cree que estas islas esconden importantes recursos naturales. Otras empresas no automovilísticas, como Canon y Panasonic, se han visto igualmente obligadas a detener su producción en China.