Fernando Alonso volvió a firmar una buena actuación en el WEC. El trazado de Fuji en Japón, un circuito que ya conocía tras pasar la F1 por él en años posteriores, fue la mejor vacuna contra la desesperación que el asturiano vive en la máxima categoría. Desde los entrenamientos libres del viernes, Alonso demostró de qué pasta estaba hecho y culminó con la pole en la jornada del sábado.
Como viene siendo habitual en esta edición del Mundial de Resistencia, la victoria absoluta iba a decidirse entre los dos coches del equipo Toyota, quienes salieron a carrera con 26 kg extra debido al BoP (balance of performance). Como era de esperar, los dos Toyota TS050 Hybrid se escaparon con suma facilidad en los compases iniciales, con el coche de Alonso en primera posición y sumando distancia con cada vuelta al vehículo de Conway y compañía.
Pero entonces hizo acto de presencia el coche de seguridad, el cual estuvo rodando en Fuji durante 28 minutos, lo que favoreció al Toyota nº7, que recuperó la distancia perdida con respecto al líder. Además, este suceso provocó que la pista se fuera secando. Una vez el safety car abandonó la pista, el equipo formado por Conway, López y Kobayashi demostró un ritmo superior en seco al que estaban desempeñando Alonso, Buemi y Nakajima, por lo que la balanza se decantó en favor de los primeros, que se hicieron con la victoria de las 6 Horas de Fuji. Con este segundo puesto, el equipo de Alonso sigue lider del WEC, mientras que el Rebellion de Lotterer, Senna y Jani cruzó la línea de meta en tercera posición.
En esta ocasión, ambos Toyota han pasado satisfactoriamente la verificaciones post carrera, de modo que este es el segundo doblete conseguido por la escudería japonesa desde las 24 Horas de Le Mans y la sexta victoria de siete posibles ante su público en Fuji.
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