El Ferrari GTO 250 es uno de esos coches que marcaron una época y que actualmente están valorados como uno de los coches más bonitos del mundo. Es este aspecto, acompañado por sus prestaciones y el valor clásico, lo que hizo que el pasado mes de agosto una de sus versiones, el Ferrari 250 GTO Berlinetta de 1962, fuese subastado por 38 millones de dólares. Esta cifra le hace ascender al coche más caro del mundo aunque aún hay dudas si esta cifra fue superada en una compra particular del mismo modelo del año 1963 del que se habla se vendió por 52 millones de euros.
A pesar de no acercarse a esa cifra tan astronómica, los 38 millones de dólares pagados por este Ferrari lo convierten en el vehículo clásico más caro jamás vendido en una subasta pública. Este caballino rampante destrona al Mercedes Benz W196 con el que corrió Juan Manuel Fangio en la temporada de Fórmula 1 de 1954 y que se vendió el año pasado, también en Pebble Beach y por Bonhmans, por 29,65 millones de dólares.
El Ferrari 250 GTO cuenta bajo su largo capó con un motor V12 de 3 litros alimentado por 6 carburadores Weber que producía 300 caballos de potencia a 7.400 revoluciones por minuto, este bloque iba unido a una transmisión manual de cinco velocidades. Su chasis era tubular y construido en acero, material que le permitía registrar un eso total de 880 kilogramos. Gracias a su ligereza y su potente propulsor conseguía alcanzar 280 kilómetros por hora, una cifra nada despreciable hoy en día, y por supuesto, espectacular en 1962, año en el que se empezó a producir.
Los analistas que manejan las inversiones de los multimillonarios en artículos de lujo consideran al Ferrari 250 GTO de 1963 por el que se pagaron 52 millones como el vehículo más caro de la historia, pero para nosotros y debido a que en esta ocasión es una subasta pública, le damos más veracidad a esta compra tasada por un valor total de 38 millones de dólares.