En verdad se trata de un fallo leve, pero que podría llegar a causar consecuencias desastrosas. Al parecer, según ha informado la marca italiana a través de la NHTSA, que es la Agencia Nacional para la Seguridad del Tráfico por Carretera de Estados Unidos, Ferrari ha detectado un problema en los depósitos de líquido de frenos de sus coches, viéndose afectada prácticamente la totalidad de la gama comprendida entre los años 2005 y 2022.
¿Cuál es dicho problema? Pues, según han informado, hay un fallo de diseño en el tapón del depósito del líquido de frenos que podría causar un vacío en el interior, que a su vez derivaría en una fuga del fluido. Desde ya, todos los coches de Ferrari que salgan de su factoría dispondrán de un nuevo tapón pero, aparte, Ferrari se lo va a cambiar a un total de 23.555 coches que la marca comercializó en EE.UU. entre 2005 y 2022.
Eso no quiere decir que todos los coches se vean afectados pero, por precaución, esta campaña se efectuará en todos. Además, Ferrari también alerta que si algún conductor visualiza en el cuadro de mandos del vehículo un mensaje avisando de que el nivel del líquido de frenos es bajo, detenga el coche de inmediato y lo transporte en grúa al servicio técnico oficial, pues el problema podría ser precisamente el que hoy nos ocupa. Los propietarios recibirán una carta reclamándoles que pidan cita en un servicio técnico oficial para proceder a la sustitución del tapón sin coste alguno para el cliente.
¿Qué es el líquido de frenos?
Se trata de un fluido hidráulico contenido en un circuito que conecta todo el sistema de frenado. Su cometido es transmitir la fuerza que el conductor ejerce sobre el pedal hacia los émbolos de las pinzas de freno (o a los cilindros de los tambores, en el caso de que el vehículo equipe frenos de tambor).
Este líquido es altamente tóxico, aparte de dañar irremediablemente pintura y plásticos, de modo que si lo manipulas, debe ser siempre con protección. Además, es un gran olvidado en las operaciones de mantenimiento, pero académicamente hablando, lo correcto es sustituirlo cada dos años. No es una operación cara (entre 60 y 120 euros en total) y juega en favor del rendimiento de los frenos. ¿La razón? Aunque el circuito de frenos es estanco, el líquido hidráulico es higroscópico, y eso quiere decir que absorbe humedad. En caso de que eso suceda, puede mermar significativamente la eficacia del sistema de frenado.