Al
día siguiente, acudí al taller oficial y allí me informaron
que se había roto el turbo; lo cambiaron y, como estaba en garantía, no me costó
nada. Sin embargo, nada más salir del taller, noté que mi Ulysse no tenía la misma potencia
que antes y el turbo silbaba muy fuerte al acelerar. De regreso al servicio oficial, me comentaron
que era algo normal, que el silbido desaparecería con el paso del tiempo y que tenía que
rodar unos kilómetros con él. Sin embargo, mi monovolumen seguía haciendo el mismo ruido,
sobre todo cuando circulaba a elevada velocidad, y presentaba la mencionada pérdida de potencia,
que se hacía aún más patente al subir pendientes. Acudí otra vez al servicio oficial y me llevé
una gran sorpresa cuando me comentaron que el turbo que habían instalado no era nuevo sino
uno reparado. No entiendo por qué tengo que llevar un turbo de otro coche que previamente se
ha roto y que puede tener muchísimos más kilómetros que el mío. Al final, en octubre sustituyeron
de nuevo el turbo del Ulysse, pero a éste le pasa lo mismo. Es evidente que mi coche
no funciona bien y, encima, han pasado varios meses y me ha vencido la garantía. Lo único que
quiero es que se resuelva el problema porque soy un buen cliente y siempre he llevado el coche
al mismo taller oficial. ¿Qué hago?
El departamento de comunicación de Fiat nos ha informado que, por
tercera vez, se ha sustituido el turbo por otro nuevo, sin coste alguno para Manuel. Después de
unos meses de prueba, el cliente ha podido comprobar que funciona correctamente.