Las carreteras de Sillicon Valley, en California –EEUU- están llenas de fabricantes comprobando sus avances en lo que autonomía en sus coches se refiere. Una que se acaba de sumar a esta práctica es Ford, quien ya ha lanzado su coche autónomo a recorrer las inmediaciones de la región norteamericana a través de varios Ford Mondeo híbridos, que gracias a diversos sensores y ordenadores están verificando los avances de la compañía en este sentido.
La instalación de la empresa americana en el conglomerado tecnológico reinante en la zona se dio hace 3 años, pasando de los originarios 15 trabajadores a una plantilla de más de 100, compuesta en su gran mayoría por ingenieros, aunque también hay empleados reclutados de otros centros de Ford. Así, el coche autónomo de la marca integrará ciertos adelantos que están a prueba constantemente tanto en sus instalaciones como en el exterior.
Se trata de tres puntos clave: prueba en un entorno virtual, en el que se ha priorizado un entorno imprevisible con peatones precipitándose sobre la vía, obstáculos u otros coches; control de todos los sensores, pues con el aumento de éstos se hace realmente complicado controlar su sincronización –y son imprescindibles en la conducción autónoma-; y detección de peatones, creando específicamente situaciones para que el vehículo se anticipe a ellos y los mantenga seguros.