Cuando Ford comercializó el S-Max, en junio de 2006, se ‘apuntaba el tanto’ de ser el primero en ofrecer en el mercado un ‘monovolumen grande deportivo’; desde luego, por el diseño y las cualidades en carretera de su modelo, era merecedor de este título… sin embargo, lo cierto es que otra marca fue la pionera: Mitsubishi ya contaba en su gama, desde 2005, con un vehículo de similares características, el Grandis.
¿Qué tienen estos dos coches para ser considerados ‘diferentes’ a todos sus rivales -Chrysler Voyager, Renault Espace,Kia Carnival…-? Básicamente, una reducida altura exterior -en ambos casos, tan sólo 1,65 metros-, que queda lejos de la media habitual en este tipo de vehículos -1,80 m-. Esto les aporta ventajas -como una postura de conducción similar a la de cualquier turismo, una mejor estabilidad en carretera-, pero también algún inconveniente -la altura interior es más reducida-.
Por otra parte, ambos modelos disponen en sus gamas de equilibradas versiones turbodiesel; así, el Grandis lleva un motor 2.0 de 136 CV, que ha ‘tomado prestado’ de VW; mientras que el Ford recurre a un propulsor de idéntica cilindrada y 140 CV desarrollado entre Ford, Peugeot y Citroën. Como ambos modelos tienen un peso y aerodinámica similares -el Grandis pesa 1.710 kg, y el S-Max 1.735- las diferencias en prestaciones y consumo no son determinantes.
Sí lo son cuando se trata de analizar el precio y equipamiento; hemos tomado los acabados más completos de ambos modelos, y en ese caso, el Grandis es 4.920€ más caro; a cambio, incluye un equipamiento extra -tapicería de cuero, faros de xenón, ESP, control de velocidad, siete asientos, espejos abatibles…- que en su rival supondría… ¡más de 6.000€ en opciones! Una vez más, nuestros dos lectores-probadores tienen la última palabra.
Ford S-Max 2.0 TDCI Titanium 6v
El S-Max obtuvo la máxima puntuación -cinco estrellas- en protección a ocupantes en los test de coche de EuroNcap; su rival aún no ha pasado la prueba. Este modelo ofrece dos años de garantía, ampliables a tres -por 240€-; el Grandis ofrece tres de serie. El Ford dispone de kit antipinchazos de serie; su rival, de rueda de repuesto de emergencia.
Mitsubishi Grandis 2.0 DiD Instyle
En el Grandis, la tercera fila de asientos es de serie -750€ en el S-Max-. l Durante enero y febrero, se han matriculado 882 unid. del S-Max y 199 del Grandis. El Mitsubishi se ofrece también con una motorización de gasolina 2.4 de 165 CV, asociada en exclusiva a un cambio automático y al acabado Instyle; cuesta 35.000€.
¿Qué llevan de serie?
Airbags frontales (c./p.), airbags laterales (dl./dt.), airbags de cortina, airbag de rodilla, alarma, antibloqueo de frenos,asiento regulavle, asiento trasero, cierre centralizado, llantas de aleación, aire acond, climatizador, control de tracción, control de estabilidad, dirección asistida, elevalunas (dl./dt.), equipo de audio, espejos eléctricos, ordenador de a bordo, pintura metalizada, volante regulable.
¿Qué añade el Ford?
El S-Max ofrece cuatro motores: dos gasolina -2.0 de 145 CV y 2.5T de 220 CV- y dos turbodiesel – 1.8 de 125 CV y 2.0 TDci de 140 CV-, así como dos acabados.
Opciones
Suspensión trasera autonivelante (300€), sensor de presión de neumáticos (180), techo panorámico Skylight (800), cristales tintados (195).
¿Qué añade el Mitsubishi?
Grandis 2.0 DiD se ofrece nada menos que con seis niveles de acabado: Inform -27.000e-, Invite -29.000-, Intense -30.500-, Zen -serie especial, 31.500-, Intense Plus -33.000- e Instyle -35.000, el de esta prueba-.
Opciones
Control de aparcamiento trasero (156), sistema de entretenimiento trasero (1.084).
Por dentro: Ford
“Lo que más me ha gustado es que el diseño es más deportivo y ‘futurista‘ que en su rival, gracias a las inserciones metalizadas”, aseguró Juan. A Carlos, la postura de conducción le pareció “perfecta”.
“Los materiales duros empleados en la consola central ofrecen un tacto y un ajuste peor que los del Mitsubishi. Ninguno de los dos coches íguala el número de huecos que ofrece, p. ej., un Renault Espace.
En este doble fondo situado tras el acompañante, están las herramientas para cambiar una rueda. La guantera principal es pequeña y su tapa, muy endeble. El freno de mano eléctrico cuesta 200€, y es muy recomendable. El volante multifunción es de serie… y no está disponible en el Mitsubishi.
Mitsubishi
Juan y Carlos alabaron la calidad del salpicadero del Grandis. “Además, como tiene menos mandos y botones, localizarlo todo -sobre todo radio y climatizador- es más sencillo e intuitivo que en el Ford”, añadió Juan.
“La pantalla táctil queda algo lejos y los botones de la radio son un poco pequeños”, criticó Carlos. Asimismo, el volante no tiene re-gulación en profundidad -en el Ford sí-: eso perjudica la postura de conducción.
Estos botones se encuentran ocultos a la izquierda del volante. El sistema de entretenimiento trasero -DVD, pantalla y auriculares- cuesta 1.084€ -no incluye IVA ni mano de obra-. Los pasajeros de la segunda fila cuentan con climatizador independiente. La pantalla táctil es de serie.
Por dentro gana Ford.
Por fuera
Ford
Ambos modelos ‘insertan’ los intermitentes laterales en los retrovisores. El Ford tiene detalles más personales y deportivos, como las salidas de aire justo por delante de las puertas.
De hecho, ambos miden casi lo mismo -4,76 m de largo-. Sin embargo, el S-Max es un poco menos maniobrable: su radio de giro es de 11,6 m por los 11 justos de su rival.
El Ford puede incluir un techo practicable de grandes dimensiones… por 800 euros. El Grandis ofrece un doble techo solar; son más pequeños, pero al menos vienen de serie.
Ambos tienen mala visibilidad trasera: la forma descendente del techo ‘provoca’ que la ventanilla -y la escobilla que la limpia con lluvia- sean pequeñas..
Mitsubishi
El Grandis recurre a led’s para las luces de freno -de serie-. Se ven mejor que las de su rival, no sólo porque brillan más, sino porque van situadas más arriba y en vertical. Además, su duración es ilimitada.
Los sensores de párking -600€ en el Ford-, los cristales traseros oscurecidos -195€ en el Ford- o los faros de xenón -850€ en el Ford, pero bixenón- son de serie en el Mitsubishi.
Ninguno de los dos modelos ofrece en su listado de opciones una baca para el techo. Debes solicitarla como accesorio de concesionario, por unos 380 euros.
El plano de carga del Grandis queda muy alto -está a 73 cm del suelo-, lo que hace más complicada la tarea de cargar objetos pesados; en el S-Max, el plano está a sólo 61 cm.
Por fuera gana Ford
En marcha: Motor
El del Ford va fenomenal: corre mucho, suena poco, responde bien desde 1.500 rpm, y estira con fuerza hasta 4.500 rpm“, destacaron ambos lectores. Además, resulta un poquito más rápido que su rival: acelera de cero a 100 en 10,2 seg, frente a los 10,8 seg del Mitsubishi. En velocidad punta, ambos empatan.
“Por prestaciones, ambos modelos están a un nivel similar, y los consumos son casi ‘calcados’; eso sí, mientras el propulsor del S-Max apenas se oye, el del Grandis suena mucho y transmite muchas vibraciones, sobre todo en la zona los pedales”, comentó Carlos.
Comportamiento
Tanto Juan como Carlos coincidieron en afirmar que “el S-Max va mucho mejor en carretera que su rival, sobre todo cuando ésta se vuelve revirada… ¡incluso te olvidas de que pesa casi 1.800 kg!”. En cambio, no les parecía lógico que el ESP fuera opcional -650€-, mientras que en el Grandis es de serie. Carlos añadió que la amortiguación no sólo era eficaz, sino también cómoda. “Es menos ’seco’ que el Grandis al pasar por baches profundos”.
Juan y Carlos quedaron sorprendidos con la buena estabilidad de dos monovolúmenes tan grandes y pesados, aunque Juan matizó que “la suspensión del Grandis me ha parecido más blanda: por eso en las curvas balancea un poquito más que su rival”. Los dos modelos cuentan de serie, en sus versiones más equipadas, con llantas de 17″ calzadas sobre ruedas de medidas muy adecuadas: 215/55 en el Grandis -unos 240e por neumático- y 225/50 en el S-Max -230€ aprox.-.
Dirección
“Sorprende que un monovolumen tenga tan sólo 2,5 vueltas de volante -el Grandis, 3,2-; lo malo es que en caso de girar el volante con rapidez -p.ej., para evitar un obstáculo-, se endurece bastante”.
Según Carlos, “el tacto de la dirección es correcto por dureza y rapidez, aunque yendo rápido no estaría de más que fuese algo más dura” -ninguno cuenta con asistencia variable en función de la velocidad-.
Frenos
“Me ha dado la sensación de que el S-Max frena mucho más que el Grandis”, comentaron al unísono ambos lectores. No les falta razón: el Ford cuenta con discos ventilados de 300 mm en el eje delantero y 302 en el trasero, por 241/258 del Grandis.
Dirección
“Sorprende que un monovolumen tenga tan sólo 2,5 vueltas de volante -el Grandis, 3,2-; lo malo es que en caso de girar el volante con rapidez -p.ej., para evitar un obstáculo-, se endurece bastante”.
“El pedal tiene un recorrido largo, pero en general me han parecido potentes y fáciles de dosificar, como en el Ford“, comentó Carlos. Además, el coche es muy estable en frenadas fuertes.
En marcha gana Ford
El veredicto de los lectores
Carlos Alcañiz
“Elijo el Ford S-Max porque dinámicamente es superior a su rival y te permite disfrutar mucho más de la conducción. Además, creo que es el más indicado para cinco pasajeros, está suficientemente equipado para mi gusto, y su diseño, tanto exterior como interior, me parece acertado”.
Juan de Dios Castro
“Me quedo con el Mitsubishi Grandis. ¿Por qué? Tiene un diseño que hace girar la cabeza a su paso… ¡y eso que es un monovolumen! Aparte de esto, valoro su completo equipamiento de serie, los tres años de garantía que ofrece y lo bien que cumplen sus dos últimas plazas”.
El veredicto de Autofácil
En un segmento en el que abundan los vehículos que parecen ‘furgonetas’, se agradece que existan monovolúmenes con una imagen y un comportamiento propios de un turismo… y que el precio apenas sea un 10% superior al de una berlina.
FORD S-MAX 2.0 TDCI
Sin duda, es la referencia entre los monovolúmenes por estabilidad y agrado de conducción. Además, su precio es competitivo…: toda una alternativa al Mondeo SW. ¿Su mayor fallo? Que el ESP se pague aparte.
MITSUBISHI GRANDIS 2.0 DID Su mayor baza radica en su imagen y en una excelente relación precio-equipamiento, además de ofrecer tres años de garantía; lo que no nos gusta es que su brillante motor turbodiesel sea tan ruidoso.
Conclusión
El S-Max resulta una opción más recomendable, porque su estilo es aún más ‘fresco’ que el de su oponente y sus cualidades en carretera enamoran. Eso sí, el Grandis es una buena alternativa por diseño y calidad.
Ford 8 / Mitsubishi 7
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