Renovarse o morir. La Fórmula 1 está en un momento clave para el devenir de su futuro. Ante la paulatina disminución del espectáculo y la superioridad excesiva en los últimos años de, Redbull primero y Mercedes después, la competición ha previsto una revolución en la normativa para la temporada 2017 con el objetivo de recuperar la esencia natural de este deporte.
Hace unos meses que los equipos comenzaron con el desarrollo de los monoplazas para 2017 y es que la cosa va a llevar trabajo. El reglamento técnico ha sufrido un profundo cambio y la aerodinámica volverá a cobrar un papel protagonista por encima del poder del motor.
Las nuevas normas buscan un monoplaza mucho más rápido, con el mismo motor. Para conseguir este objetivo, se aumentará el apoyo aerodinámico con un monoplaza que crecerá en anchura hasta los dos metros, lo que repercutirá también en un fondo plano más ancho y un difusor mayor que el actual. Además, las ruedas también aumentan su tamaño de forma notable, mejorando el agarre en las curvas.
Con todo esto, lo que está claro es que los coches ocuparán más espacio en la pista y la distancia de frenada se reducirá, dificultando los adelantamientos. No obstante, se rumorea que los pilotos podrían ganar entre 4 y 5 segundos por vuelta.
Otra de las grandes novedades planteadas y objetivos de estas nuevas medidas es la importancia a la igualdad real de motores. Los cuatro suministradores garantizarán un propulsor a cualquier equipo que lo desee siempre que pueda permitírselo económicamente, y trabajan en unidades de potencia que tengan entre ellas una diferencia inferior por vuelta al 2%.
Sin duda, la temporada de F1 2017 nos trasladará, por el diseño de los coches, a épocas anteriores y cualquier cambio puede provocar un cambio de cartas en la parrilla. ¿Seguirá el dominio de Mercedes? ¿Volverá Ferrari a lo más alto? ¿Tendrá RedBull su segunda parte? ¿Qué pasará con el McLaren-Honda de Alonso?
