Hace un par de años, tuvimos la ocasión de ponernos a los mandos del RR 600, la versión de calle de esta poderosa máquina de saltar dunas y devorar pistas de tierra.
Y en aquel momento pudimos conocer dos nuevos y ambiciosos proyectos de este piloto y constructor: el Racing Buggy y el lujoso quattroporte RR 99, que ahora hemos tenido el privilegio de conducir. La cita es en madrid Pero, si bien para probar el RR 600 y conocer a su creador hicimos un inolvidable viaje hasta la región italiana del Véneto, en esta ocasión la cita ha tenido lugar en Madrid, donde nos esperaba una flamante unidad del RR 600 impecablemente pintada de blanco que, con poco más de 4.000 kilómetros en su odómetro, se encontraba aún en su fase de «puesta a punto», antes de ser entregada a su propietario. Esta es, precisamente, una de las características que diferencian un automóvil artesanal de un vehículo fabricado en serie. Las máquinas artesanales requieren de un periodo extra de rodaje y prueba durante el cual se detectan posibles fallos y desajustes. En el caso de esta unidad del RR 600 , un desajuste en la frenada, algunos crujidos en la transmisión al maniobrar usando el máximo ángulo de giro y la ocasional entrada del modo a prueba de fallos del motor conformaban la lista de tareas a corregir. Obviados estos pequeños inconvenientes, nos hemos encontrado ante un producto mejor acabado que cualquiera de los Fornasari que habíamos visto y probado anteriormente. No solo el ajuste de las puertas, el enorme capó -que integra las aletas y bascula unos 30º hacia delante- y el pequeño portón son claramente mejores que los que recordamos haber visto en varias unidades del RR 600 ; también el aspecto de la pintura y el acabado general están a un nivel superior. Centrados en este punto, también hay que destacar el impresionante aspecto de su carrocería de 5,13 metros de longitud, 2,17 de anchura y 3,20 de batalla, proporciones que le hacen más largo que un Audi Q7 y más ancho que un Hummer H2. Como de costumbre, no entraremos en valoraciones estéticas, pero sí es cierto que, en las pocas horas que hemos compartido con el RR 99, raro es el viandante o conductor que no le dedicaba, como mínimo, una mirada furtiva. Muchos le encuentran similitudes con otros automóviles, como el Porsche Panamera, el BMW X6, el Jaguar XF -del cual toma las puertas laterales-, el Lamborghini Murciélago -donante de los grupos ópticos traseros- o el Aston Martin DB9, que le presta sus faros de xenón delanteros, homologados -por cierto- sin sistema de lavado remoto. Lujo y deportividad Pero, si bien el exterior refleja la pureza de sangre de un vehículo artesanal nacido de la competición, el interior ofrece una exquisita combinación de lujo y deportividad. El volante no tiene airbag ni mandos de ningún tipo; sirve solo para controlar las ruedas delanteras, y luce un fabuloso «aire retro». El cuero reviste los asientos, el salpicadero, los pilares de las puertas y hasta el techo, y frente a nosotros encontramos una panoplia de relojes enmarcados en unas espectaculares carcasas de acero pulido que nos informan de la diferencia de potencial de la batería, la temperatura tanto del refrigerante como del lubricante, la presión de este último y la capacidad del depósito de combustible. La postura al volante está muy lograda, y deja claro que el creador de esta máquina, además de ingeniero, es un piloto. Puedes regular el volante en altura -aunque el juego es mínimo-, y tienes ante ti un pulsador que acciona el motor de arranque; ojo, no es un botón que envía una orden a una centralita, por lo que para detener el vehículo se ha de emplear la llave. Cuando arrancas, el V8 monoárbol de 24 válvulas -fabricado por General Motors para su deportivo Corvette– emite un rugido grave e intenso, acorde con los siete litros de su cilindrada. En nuestro caso, se trata de un «ejemplar» de 377 kW (512,58 CV) dotado de un kit ARE de cárter seco. Gracias a él, ni la fuerza centrífuga ni las inclinaciones del terreno dejarán sin lubricar alguna parte del motor. El RR 99 puede pedirse también con un V8 6.2 de idéntica procedencia que entrega entre 500 y 750 CV, según el grado de preparación escogido, así como un diésel VM -el mismo que ahora montan los Jeep Grand Cherokee– de 3,0 litros y 250 CV. Gran rendimiento La aceleración que proporciona es sobrecogedora, pero lo verdaderamente sorprendente es la respuesta al pedal del gas, inmediata y abundante desde el ralentí. La cilindrada impone su ley, y el rendimiento a bajas vueltas es superior al de cualquier rival. Otra importante ventaja de este Fornasari es el confort que garantizan sus suspensiones de largo recorrido con componentes de competición regulables en dureza y precarga de muelle. Para facilitar su uso en pistas a ritmo de rally, no hay barras estabilizadoras, pero con unas vías anchísimas, parece no necesitarlas. Es una muestra más de la filosofía de un purasangre que prescinde de todo lo superfluo. Si quieres saber más sobre este vehículo o cómo adquirirlo, te invitamos a visitar la web http://www.fornasari.es/ |
Por dentro y por fueraRefinado…Aunque sigue tomando elementos estéticos de otros automóviles, el diseño de la carrocería del RR 99 es mucho más refinado que el del RR 600 También ha mejorado la unión de las diferentes piezas de fibra que componen la carrocería, y hay soluciones más refinadas para integrar los grupos ópticos o las colas de escape. Enorme…Al igual que el Ferrari F40, los legendarios coches de rally de grupo B o la mayoría de prototipos del Dakar, el enorme capó forma una sola pieza con el parachoques y las aletas delanteras. Las aperturas de ventilación y las branquias de las aletas son funcionales. Forjadas…Las impresionantes llantas AEZ Forge A, de 22 pulgadas, consiguen que el RR 99 parezca más compacto de lo que en realidad es. A las ruedas de 305 milímetros de anchura les cuesta moverse «sin protestar» cuando apuramos el radio de giro del vehículo. Una protección de fibra reduce las turbulencias en la zona delantera. Detalles…La tapa del depósito de combustible tipo competición requiere el uso de una llave diferente a la del arranque. El logotipo de Fornasari aparece en las cuatro «caras» del RR 99. Airbags…La estructura tubular del bastidor es la principal medida de seguridad pasiva. No encontrarás airbags ni controles de estabilidad. La conexión entre máquina y piloto es directa. Maletero…No hay un dato oficial sobre su volumen, pero en cualquier caso se trata de un cofre pequeño para un vehículo de semejante tamaño. La «culpa» la tienen las suspensiones, el chasis tubular y los consiguientes pasos de rueda, que ocupan mucho espacio a ambos lados del tren trasero. Estilo retro…El aire retro de los relojes de la instrumentación, junto con la sencillez y el limitado número de los mandos, contrasta con los más de 100 botones que podemos encontrar en el interior de un Porsche Panamera. En realidad, quien desee adquirir un RR 99 seguramente no tendrá por qué elegir entre la artesanía de Fornasari y el prêt-à-porter de Porsche; podrá tener ambos. Cómodo y lujoso…La postura al volante resulta perfecta. El cuero lo reviste todo, incluido el techo. Sobre el exterior de las puertas del Jaguar XF se atornillan las musculosas puertas de fibra. Apariencia…Los discos rayados y perforados parecen pequeños, pero no lo son; es lo que sucede cuando montas una llanta de 22 pulgadas. Esta unidad montaba cuatro neumáticos Pirelli Scorpion Zero 305/40-22 114W. Sus 12 centímetros de perfil hacen que esta monta sea inadecuada para rodar por campo. Aunque nuestra unidad de pruebas solo disponía de esa medida en su ficha técnica, el vehículo puede equiparse con una amplia variedad de medidas en llantas de 16 a 23″. Difusor…Teniendo en cuenta la gran altura libre y la falta de carenado en los bajos, el difusor cumple una función meramente estética. Trasera…No verás muchos Fornasari en nuestros caminos y carreteras, pero, cuando lo hagas, lo más probable es que su zaga sea lo único que te dé tiempo a presenciar. Las aletas traseras marcan la máxima anchura de la carrocería; sus 2,17 metros obligan al montaje de luces de gálibo,recogidas en la ficha técnica pero no instaladas aún en esta unidad. Fibra de vidrio…La carrocería, el capó y el portón trasero están fabricados en plástico reforzado con fibra de vidrio o GRP, lo que obliga a aumentar las tolerancias de los ajustes entre las diferentes piezas. Las puertas laterales son de chapa de acero estampada con apósitos de GRP. Moldes…La base para el molde del salpicadero descansa sobre unas borriquetas. La pieza de fibra resultante será tapizada en cuero y madera, aluminio o fibra de carbono, a gusto del cliente. Un operario suelda una de las 450 secciones de tubo de acero que componen el bastidor . El chasis del RR 99 es esencialmente idéntico al diseñado por Giuseppe para su vehículo de raids, si bien la longitud de este gran todocamino ha obligado a rediseñar las secciones centrales. Un artesano pule una pieza de fibra de vidrio y la coloca sobre un bastidor |
Cómo vaSiete litros. El V8 7.0, ubicado en posición central delantera longitudinal, parece pequeño bajo el capó del RR 99. Hay una estructura tubular que conecta los puntos superiores de anclaje de las suspensiones delanteras para aumentar su rigidez. No hay silentblocks; la conexión hombre-máquina ha de ser lo más directa posible. El tanque de aceite del cárter seco encuentra hueco al lado del paso de rueda derecho. «Il dinamometro» (banco de potencia) Desde hace siete años intentamos ofrecerte las gráficas de par motor y potencia de cada uno de los vehículos en los que nos subimos. Pero medir la potencia no siempre es una tarea tan sencilla como colocar el 4×4 sobre unos rodillos y «darle al gas». En esta ocasión, nos preocupaba que las dimensiones del RR 99 -ancho de vías y batalla- excedieran a las admitidas por el banco. Finalmente, no hubo ningún problema en este aspecto, y solo fue preciso aplicar algo de ingenio a la hora de atar la zona delantera. Aunque no cuenta con ganchos de remolque, la estructura de unión de las torretas de la suspensión del bastidor tubular ofreció un buen punto de anclaje. Una vez que empezamos a rodar sobre los rodillos, observamos una gran diferencia de giro entre las ruedas delanteras y las traseras. Cuando esto sucede, es frecuente que el banco arroje lecturas erróneas de las revoluciones del motor, y eso es lo que sucedió en esta ocasión. En la primera «tirada», obtuvimos una curva de par ejemplar; todo parecía perfecto, pero al mirarla con más detenimiento apreciamos que arrancaba en 3.000 rpm y acababa casi en las 9.000, mientras que el rango de regímenes real de la tirada era de 1.500 a 6.500 vueltas. Como no hay indicador de la marcha en la que circulamos, pensamos que quizás habíamos hecho un kick down involuntario al pisar a fondo el gas, así que probamos a tirar una segunda curva modulando con más cuidado el «pisotón» al acelerador. De paso, aumentamos el par de freno aplicado a los rodillos, ya que el V8 empujaba con muchísima fuerza desde muy bajas revoluciones y, cuanto más par de freno ofrece el banco, más fiel es la toma de datos, ya que el motor sube de vueltas más lentamente y el banco tiene más tiempo para capturar datos. Pero, nuevamente, obtuvimos una fabulosa curva de par con las revoluciones «desfasadas». Un tercer intento volvió a arrojar similares resultados, por lo que al final lo único que sabíamos es que el V8 7.0 desarrollaba casi 500 Nm, pero no sabíamos a qué régimen. Por ello, la curva de potencia no servía de nada, ya que la potencia no es sino una expresión del par de fuerza que genera el motor en un intervalo de tiempo. Como no nos resignábamos a tirar todo el trabajo por la borda, con la ayuda del Excel decidimos «reubicar» la curva de par en el rango de regímenes de giro real y, a partir de los nuevos valores, emular la curva de potencia. Por todo ello, debes tener en cuenta que, si bien los 471 valores de par motor con los que se dibuja la correspondiente curva son 100% reales, los datos de las revoluciones correspondientes con cada uno de esos valores son una aproximación y, por tanto, también lo son los valores de la curva de potencia, la cual depende directamente de las revoluciones. Con todo, encontramos un motor de respuesta muy lineal, con un descomunal rendimiento a regímenes bajos. Si bien es cierto que se ha quedado lejos de los valores oficiales, hay que considerar que la falta de rodaje -el vehículo tenía apenas 4.200 kilómetros-, las dificultades para refrigerar adecuadamente un motor tan voluminoso con el capó abierto y el propio cambio de marchas automático han podido influir negativamente en el resultado final.
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Ficha Técnica
Atento a: Los datos de dimensiones, masa, potencia, cilindrada y neumáticos han sido tomados de la Tarjeta de Inspección Técnica de la unidad probada, el verdadero «DNI» del vehículo. Debido a que se trata de un automóvil artesanal sumamente exclusivo, esta unidad puede presentar características técnicas diferentes a las de otros RR 99. Aparte del motor probado, hay versiones disponibles de hasta 750 CV, así como un diésel VM 3.0 de 250 CV.
Fíjate en: Los datos ofrecidos en esta ocasión son estimaciones. Hay una buena altura libre y los voladizos no son muy pronunciados, por lo que la circulación por todo tipo de pistas es posible. Equipamiento, Seguridad y Funcional
Atento a: El equipamiento estándar comprende todo lo necesario, pero es el cliente el que decide las especificaciones finales, el tejido o la piel con la que se tapizará el interior, el material del que se revestirá la consola central, el tono en el que se pintará la carrocería… Ten en cuenta que hay elementos no disponibles, como los airbags. |
La opinión TTEl RR 99 parte del chasis tubular con suspensiones independientes de amplio recorrido y amortiguadores regulables diseñados por Fornasari para su vehículo de raids. Por ello, la base resulta formidable. No obstante, esta unidad no dispone de bloqueos de diferencial, reductora, ayudas electrónicas a la tracción ni unos neumáticos adecuados para salir del asfalto.
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Por fuera
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