Parece que cada vez más autoridades le declaran la guerra al diésel: Hace un año, la OMS lo incluía en su lista de sustancias que provocan cáncer de pulmón, y la Unión Europea está decidida a someter a este combustible a más impuestos. El último en unirse ha sido el Ministerio de Medio Ambiente de Francia, después de que el Tribunal de Cuentas del país vecino se pronunciara a favor de suprimir las ventajas fiscales del diésel.
Hasta ahora, repostar diésel en Francia salía 18 céntimos por litro más barato que repostar gasolina. Una vez se acabe esta ventaja, que se eliminará progresivamente, el estado francés recaudará entre 7.000 y 8.000 millones de euros más. Y es que en Francia, el 73 % de los vehículos vendidos tienen motor diésel, y su demanda aumentó un 7,5 % en 2012, mientras la de la gasolina caía un 6,5 %. Para calmar los ánimos, la ministra de Medio Ambiente, Delphine Batho, aseguró que «una evolución de la fiscalidad sobre el diesel no podrá hacerse más que de forma progresiva y tendrá que ir acompañada de medidas de justicia social«. En opinión de Batho, «hay que tener en cuenta que es un momento difícil para el poder adquisitivo de las familias».
La Federación Nacional de Transporte por Carretera (FNTR) ya ha advertido del daño que hará esta decisión a los camioneros, y amenaza con bloquear carreteras si el gobierno les retira las ventajas fiscales del diésel.
