El ahorro de combustible que proporciona Fuelbuddy se consigue gracias a la creación, utilizando 17 tierras raras diferentes en el núcleo de cada una de las dos celdas de las que se compone, de un campo magnético que modifica las moléculas de los aditivos que hoy en día se echan a la gasolina. Tras este tratamiento, el combustible queda libre de impurezas, consiguiendo que la combustión en los inyectores sea de mejor calidad y resultando más eficiente energéticamente.
Al mismo tiempo, durante los primeros 500-1.000 km de utilización de Fuelbuddy, este dispositivo limpia los propios inyectores de las impurezas que queden en ellos. Esto repercute también en las prestaciones del motor del que, gracias a Fuelbuddy, se obtiene una mejor respuesta. Una vez que los inyectores están limpios de impurezas como la carbonilla y en ellos entra un combustible óptimo, comienza el ahorro del 10 % en el consumo del que habla el fabricante de Fuelbuddy.
FuelBuddy comercializa dos celdas magnéticas: La celda Fuelbuddy estándar cuesta 135 euros, mientras que la Superfuelbuddy tiene un precio de 260 €.
