El correcto funcionamiento del sistema de alumbrado de nuestro vehículo es clave para la seguridad en carretera. No obstante, hay que saber cuándo utilizar las luces de corto o de largo alcance, ya que otros usuarios de la vía podrían sufrir un deslumbramiento por nuestra culpa. Eso no ocurre con los sistemas de luces largas automáticas, que detectan la presencia de otros vehículos para quitarlas cuando sea necesario para evitar molestar a los demás conductores y, una vez sea seguro, volver a conectarlas para aumentar nuestra visibilidad.
Pero más avanzada todavía es la tecnología de luces largas que no deslumbran y que, al no suponer una molestia para los coches que se ubiquen en su radio de acción, no necesitan ser desconectadas. Con este tipo de luces se pueden llevar siempre las luces largas, ya que sus LED se encienden y se apagan para iluminar más o menos en según qué zonas, de tal forma que identifica a la iluminación de los demás vehículos -por medio de una cámara situada en el parabrisas-, incluyendo las bicicletas, para no ´apuntarles´ con el haz de luz.
Un buen ejemplo de ello es el sistema High-Beam de Ford, al que puedes ver en el vídeo superior. Cuando un vehículo se encuentra a una distancia de 800 m, las luces largas iluminan el resto de la vía en el que no está el conductor al que puedan deslumbrar. Con esto también se pierde el miedo a deslumbrar a los demás, una razón que hace que muchas veces se opte por circular siempre con las luces cortas, para no tener que cambiar continuamente entre cortas y largas, lo que repercute también en el confort y en la tranquilidad.
