Citroën C15: por qué se ha puesto tan de moda gracias a las RR.SS.

Igual que hay personas que caen de pie en determinados sitios y momentos, también hay coches que caen sobre sus cuatro ruedas en determinados mercados y épocas. Ford Fiesta, Renault 5, Simca 1200, Seat 127 y un largo etcétera de automóviles prácticos, robustos y económicos han poblado las carreteras españolas durante décadas, y ahora son recordados no como piezas de colección, pero sí con inmenso cariño.
De un tiempo a esta parte, hay una pequeña furgoneta que, si ya era querida por toda la España rural, ahora ya se ha convertido, sin llegar a considerarse un objeto de deseo, en uno de esos vehículos que es imposible ignorar a su paso. Es ver una Citroën C15 y evocar sonriente aquellos años en los que había automóviles simples e indestructibles. Máquinas elementales e increíblemente capaces que nunca fallaban y que hoy son hasta enternecedoras.

La Citroën C15 es más robusta que un tanque ruso, más dura que el SMS con el que te dejó tu primera novia. Esa fama de vehículo indestructible ha llegado a generar contenido digital divertido y chistoso. Date una vuelta por las redes sociales, pon ‘Citroën C15’ en la lupita y disfrutarás de contenido tanto práctico como cómico de esta simpática furgoneta.
Hay muchas personas que publican vídeos sobre ella, si bien su gran valedor es sin duda Javito Rivas, famoso comediante de coches que seguro conocerás si te gusta el mundo del motor y que te animamos a seguir si es que no lo haces ya.

Pero, ¿por qué narices tanta gente quiere una? Si, en realidad, es un ‘hierro’ con todas las letras. Es una furgoneta básica, simple y hasta fea. Bien, lo primero es que su fama de indestructible está totalmente justificada. La C15 lo es, literalmente. No se rompe nunca, salvo negligencia de su conductor, y a veces ni con esas. Hoy en día siguen circulando y siendo funcionales por caminos y carreteras de pueblos de toda España.
Lo segundo es que sus cualidades intrínsecas son hoy consideradas objeto de diversión. Vuelve a las redes sociales y verás ‘cequinces’ subiendo pendientes por las que sólo suben 4×4, saltando, derrapando o cargadas con cuatro metros de paja a lo alto. No es un automóvil diseñado para nada de eso, pero por alguna razón puede hacerlo, y lo hace de forma entrañablemente cómica. Ah, y no nos olvidemos de los vídeos y fotografías de ‘cequinces’ en desguaces o siendo transportadas en grúa y de los ingeniosos comentarios que generan.

En realidad, la C15 se diseñó como un vehículo comercial basado en el Citroën Visa y su cometido era el de cualquier furgoneta compacta, es decir, servir como herramienta de transporte para pequeñas mercancías. Y, con una especialmente amplia altura libre al suelo, se convirtió en la furgoneta perfecta para caminos de tierra. Se comercializó entre 1984 y 2005 y se fabricaron casi 1,2 millones de unidades, la inmensa mayoría en la fábrica de Vigo de la por aquel entonces PSA.
La C15 medía 3,99 metros de largo, 1,63 metros de ancho y 1,80 metros de alto. Se comercializó en versión de carga, pasajeros y mixta pasajeros/carga, y con una caja que podía ir sin acristalar, acristalada parcialmente o acristalada en su totalidad. Su denominación C15, por cierto, responde a que su peso total autorizado en carga era de 1,5 toneladas.

Como decíamos fue lanzada en 1984 y sustituía a la Citroën Arcadiane, que era la versión furgoneta del Citroën Dyane. En 1996 llegó la Citroën Berlingo, pero ante el éxito de la C15, la firma francesa decidió que convivieran en la gama, cosa que se alargó hasta 2005. En todos esos años hubo pocos cambios en la C15 porque, ¿para qué si funcionaba perfectamente?
Gradualmente se fue modernizando con una parrilla rediseñada, un volante mejor, asientos más cómodos o una doble puerta trasera. Pero no mucho más. Sus motores fueron un 1.1 de 55 CV, un 1.4 de 60 ó 75 CV y, en diésel, un 1.8 de 60 CV y un 1.9 de 69 CV.

De todos ellos, el más común fue y es el 1.8 diésel de 60 CV, que es el que más colaboró a construir esa imagen de vehículo indestructible que tiene la Citroën C15. Con este motor, la C15 alcanzaba 100 km/h desde parado en 18,7 segundos, podía llegar a 136 km/h y homologaba un consumo de 5,6 L/100 km, cifras bastante buenas favorecidas por el bajo peso del vehículo, que rondaba los 900 kg.
¿Y cuánto cuesta hoy en día una Citroën C15? Por suerte, a pesar de la moderada burbuja mediática que gira en torno a ella, aún es muy barata. Sin embargo, precisar su precio es muy complicado porque hay muchísimas unidades a la venta en muy dispares estados. Una C15 que requiera reparaciones (pocas, porque hay poco susceptible a estropearse) o mantenimientos puede costarte apenas 600 euros, mientras que una en aceptable estado puede rondar los 1.000 euros. Y, por entre 1.500 y 2.000 euros, puedes hacerte con una de las mejores unidades que haya.