Según el presidente de la compañía en China, Kevin Wale, las instalaciones son las más grandes del país en lo que a pruebas de coches se refiere. La pista de GM ha sido construida en la región de Guangde, provincia de Anhui. Hasta ahora, General Motors usaba circuitos de otras compañías, o incluso algunos propiedad del gobierno chino. En algunos casos, recurría a enviar los vehículos que había que probar a otros países, algo que Wale ve como «una pérdida de tiempo y un tremendo gasto de dinero«.
La inversión total realizada asciende a 252,5 millones de dólares -194,6 millones de euros- para unas instalaciones que ocupan 560 hectáreas, y que darán empleo a unas cien personas. En ellas se podrán realizar hasta 67 pruebas diferentes, que incluyen tests en pista oval, trazado sinuoso, superficie bacheada… para el desarrollo, homologación, certificación y control de calidad de los vehículos. La pista ha sido calibrada con la que GM posee en Milford (Michigan), para facilitar que se comparta información y los vehículos se puedan desarrollar más rápidamente. «La velocidad lo es todo en China», afirma Wale; «el mercado se mueve tan rápido que tú también te tienes que adaptar rápido».
General Motors disfruta de la mejor cuota de mercado de todos los constructores que se han introducido en China, con un 14 % de las ventas. Wale espera que las ventas de la industria del automóvil asciendan este año a entre 19,5 y 20 millones de unidades, una pequeña mejora respecto a los 18,5 millones de 2011. Asegura que GM se concentra en el largo plazo en China, pues al final de la década podría ser un mercado de 30 millones de unidades anuales.