Las dos multinacionales se han repartido el trabajo: Sobre General Motors recaerá la realización de la transmisión de nueve velocidades, que transmitirá la potencia del motor al eje delantero; Ford, en cambio, se centrará en la caja de cambios de diez velocidades, pensada para vehículos de propulsión trasera de categorías como los todo camino, pick-ups, superdeportivos, etc.
El proyecto comenzó a principios de año -en estos momentos se encuentra en fase de diseño-, y ambas compañías confían en poder lanzar al mercado modelos con estas transmisiones a partir del año 2015. El acuerdo no es definitivo, pero un portavoz de General Motors ha confirmado que ya hay firmado un memorándum de entendimiento. Gracias al trabajo conjunto, General Motors y Ford podrán ahorrar en las partidas de ingeniería y desarrollo de producto.
Las ventajas de añadir más velocidades a las cajas de cambio son, por un lado, de eficiencia y menores consumos y, por otro, de menos exigencia al motor, que no tiene que trabajar tanto y se revoluciona menos. Los fabricantes estadounidenses, en comparación con los europeos, estaban tardando en implantar transmisiones con un mayor número de marchas, pero el presidente de General Motors, Dan Akerson, ya ha anunciado que su compañía ha realizado una inversión de 204 millones de dólares -cerca de 160 millones de euros- para ensamblar transmisiones de ocho velocidades en su fábrica de Toledo (Ohio). Se cree que el primer modelo de GM en montarla será el Cadillac CTS en 2014.