La tecnología utilizada en un ámbito puede ser perfectamente extrapolable a un sector diferente. Es lo que ha pasado con los cristales con protección Gorilla Glass, usada comúnmente en dispositivos electrónicos portátiles como smartphones o tablets y que ahora pasa directamente al parabrisas de un súper deportivo como el Ford GT. De hecho, esto mismo ya ha sido utilizado en la ventanilla trasera del BMW i8, lo cual indica que podría añadirse en más modelos en un futuro.
No obstante, el impedimento –de momento- al que se enfrenta la instalación en otros vehículos es su elevado coste, unos 4,10 euros cada 500 gr. Aun así, las mejoras son notables, pues Ford asegura que el peso del vehículo se ha visto reducido en 5 kg –algo que deriva en una mayor eficiencia-, además de ganar en resistencia y ser entre un 25% y un 50% más delgado que un cristal laminado convencional. Así, también se ha colocado sobre el motor, en la parte trasera, y cuenta con 3 capas frente a la única empleada en el BMW.
Éstas son una interna ya usada anteriormente en la industria, otra intermedia capaz de absorber ruido y golpes y hecha de material termoplástico, y una última exterior de vidrio templado que contendría el vidrio en caso de rotura. A pesar de ser más delgado, la marca explica que conserva el aislamiento acústico de igual forma que el cristal tradicional. El desarrollo de los mismos –que no están presentes en las ventanillas laterales para romperlas fácilmente si se tiene un accidente- ha sido en colaboración con la empresa Corning y debería comenzar a instalarse a partir de la próxima privamera.