Sin embargo, algo no funciona en el WRC. Hace tres semanas que Nokia, el principal patrocinador del certamen, anunciaba que no iba a renovar su contrato. La razón, sin ser oficial, parece indicar que se debe al escaso retorno que ha recibido la firma finlandesa.
La cuestión es que Jean Todt, el presidente de la FIA, anunció entonces que iba a tener que subir el canon que se paga por cronometraje, explotación de imagen, etc., hasta una cifra que se mueve entre los 100.000 y los 125.000 euros a cada organizador del campeonato. Es decir, que una entidad como el RACC, que es quien organiza el rallye RACC de España-Catalunya, pasaría de pagar los 25.000 euros actuales… a tener que abonar entre 100.000 y 125.000 euros más por lo mismo. Eso, además, se une a los 140.000 euros que ya pagan por estar inscritos en el certamen… y, por supuesto, a los costes propios de pagar a los comisarios, cortes de carretera… Es decir que organizar un rallye del Mundial no costaría nunca menos de 450.000 euros.
Así las cosas, todos los organizadores, con el del rallye de Francia a la cabeza, ya le han dicho a la FIA que no están en absoluto de acuerdo con su nuevo canon… Aún así, Todt ha presentado un calendario 2013 donde el único cambio es la sustitución del rallye de Nueva Zelanda por el de Australia, si bien no se ha confirmado ninguna fecha. Se supone que las fechas se anunciarán en septiembre, en un nuevo consejo de la FIA… y allí será donde se confirmará o no el nuevo canon que Todt quiere instaurar.
Con tanto jaleo político de por medio, parece que tanto Toyota como Hyundai podrían replantearse su entrada al certamen… y eso por no citar los rumores que apuntan a una posible salida de Ford o de Citroën.