La denominación comercial del Honda HR-V procede de Hi-Rider Revolutionary Vehicle, nombre que Honda designó para este coche. Y, en cierto modo, sí fue revolucionario, pues se trataba de un modelo que combinaba propiedades de los todo terreno, los compactos y los coupé. Fue también uno de los primeros SUV enfocados al 100% para un uso sobre asfalto, a pesar de que contaba con versiones de tracción total.
Fue presentado en el Salón de Tokio de 1997 y se fabricó en la factoría de la marca en Suzuka (Japón) desde 1999, situándose en la familia Honda por debajo del CR-V. Inicialmente presentaba una única carrocería de tres puertas, pero pocos meses después se añadió a la gama una más versátil de cinco puertas.
La de tres medía 4,01 metros de largo y destacaba por su gran superficie acristalada, lo que le aportaba una muy buena luminosidad en el habitáculo. La de cinco añadía 10 cm extra a la batalla, por lo que su longitud total era de 4,11 metros. Curiosamente, a pesar de sus dimensiones, el HR-V se basaba en la plataforma del pequeño Honda Logo, un modelo microurbano.
El HR-V caló bien entre el público europeo, pero se encontró con un obstáculo que le impidió haber triunfado en mayor medida: su parte mecánica. No porque fuera mala, sino porque no contemplaba motorizaciones diésel en una época en la que eran las más demandadas. Los únicos dos propulsores que se ofrecieron en España fueron un 1.6 de 105 CV y un 1.6 VTEC de 125 CV, en ambos casos con transmisión manual de cinco velocidades, aunque también existió una automática de tipo CVT.
En 2002 recibió un leve restyling, pero se redujo al aspecto cosmético, aportando renovados paragolpes, faros, llantas y colores para la carrocería, así como pequeños retoques en el interior.
Esta primera generación del HR-V se comercializó hasta 2006 y no tuvo sucesor hasta 2014, cuando la marca nipona recuperó su denominación. Hoy en día, es un automóvil que se cotiza por entre 2.500 y 4.500 euros.
¿Cómo era el interior del Honda HR-V?
El interior del HR-V era como el de los Honda de los años 90 y 2000, es decir, sencillo pero agradable a la vista y con una calidad de construcción bastante buena en comparación con rivales generalistas.
Su equipamiento de serie era más bien modesto (aunque sí incluía aire acondicionado, frenos ABS y doble airbag), mientras que por habitabilidad cumplía muy bien en todas las cotas, especialmente en el caso de la carrocería de 5 puertas, que ganaba 10 cm de longitud entre ejes y, por tanto, en espacio para las piernas de los ocupantes de atrás.
Ahora bien, contaba con una particularidad no precisamente positiva: estaba homologado para cuatro ocupantes, tanto en su versión de tres puertas como de cinco puertas. Otra parte mejorable era el maletero, que cubicaba unos discretos 285 litros.
¿Cómo iba en marcha el Honda HR-V?
Se trataba de un coche que no destacaba por las prestaciones de sus motores, ni siquiera en su versión VTEC, pero que gracias a su notable ligereza (de media, 1.130 kg según versiones), ofrecía un rendimiento bastante aceptable y un consumo razonable dadas sus condiciones y época: unos 8,5 L/100 km reales.
Equipaba unos amortiguadores de largo recorrido y tirando a blandos, y en la parte dinámica su principal atributo era el confort de rodadura, a pesar de que el eje trasero era rígido. Además, era un coche relativamente silencioso.
Las versiones con tracción total se basaban en un embrague multidisco hidráulico acoplado en el diferencial trasero, y que enviaba a par a las ruedas posteriores cuando detectaba una diferencia de giro con las delanteras, es decir, cuando estas perdían motricidad. Por tanto, en condiciones normales funcionaba como un tracción delantera.
¿Qué revisar en un Honda HR-V usado?
El Honda HR-V es un automóvil muy fiable, tanto en su parte mecánica como eléctrica. Por tanto, a la hora de elegir una buena unidad, simplemente coteja que haya pasado las revisiones en su momento correspondiente y que no presente ninguna anomalía destacable, como la expulsión de humo blanco o azulado por el escape, la iluminación de testigos de avería en el cuadro, un manejo impreciso de la palanca del cambio, holgura en la dirección, ruidos extraños en el motor o partes de la carrocería descuadradas, señal de que podría haber sufrido algún accidente.
¿Cuánto cuesta mantenerlo?
• Inspección básica (cada 15.000 km): 162 euros
• Inspección avanzada (cada 45.000 km): 400 euros
• Cambio de correa distribución (cada 120.000 km): 422 euros
• Cambio de pastillas de freno delanteras: 167 euros
• Cambio de discos y pastillas delanteros: 397 euros
• Cambio de cuatro amortiguadores: 769 euros
• Cambio de batería: 184 euros
• Cambio de embrague: 624 euros
*Precios aproximados en servicio técnico oficial Honda. Fuente: GT Motive.