Sólo se comercializa con este motor

Probamos el Honda Jazz Hybrid 1.5 i-MMD: ¿tiene sentido un monovolumen híbrido?

Miguel Tineo
Miguel Tineo
Honda es una marca con mucha personalidad, y un claro ejemplo de ello es que sus coches siempre destacan por ser diferentes. Es el caso del Honda Jazz, un monovolumen de 4,04 metros con mecánica completamente híbrida.

El Honda Jazz es un monovolumen de 4,04 metros de largo y cinco puertas. Hay dos versiones: el Jazz y el Jazz Crosstar, que es el mismo coche pero con cierto aspecto de SUV. Esta versión es la más cara de toda la gama: 27.959 euros. La versión normal del Jazz está disponible con tres acabados: Comfort, Elegance y Executive, que es el de esta prueba. Todas las versiones del Jazz tienen etiqueta Eco de la DGT.

Honda Jazz Hybrid 1.5 i MMD Executive 00007

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El Honda Jazz no tiene un rival directo como tal, pues no hay otro monovolumen de ese tamaño híbrido a la venta en el mercado. Lo más parecido podría ser el Fiat 500L, que es también un monovolumen, pero es más largo (4,24 metros) y sólo se vende con dos motores térmicos convencionales, uno diésel y otro gasolina, de 95 CV.

Todas las versiones del Jazz cuentan con la misma mecánica híbrida. Está formada por un motor 1.5 atmosférico de gasolina y un motor eléctricos (hay otro más que hace las veces de generador) que, en total, desarrollan 109 CV. Por su condición de híbrido puro, es capaz de moverse de forma completamente eléctrica durante cuatro o cinco km en función de las circunstancias, pero el principal objetivo de este tipo de mecánicas es conseguir un bajo consumo de carburante. Va asociado a un cambio automático que no tiene un número de velocidades como tal, como ocurre en los modelos híbridos de Toyota. La tracción del Jazz es siempre a las ruedas delanteras.

Así es por dentro

El interior del Jazz destaca por sencillez, practicidad y visibilidad. Para empezar, el hueco de las puertas es más grande de lo habitual, algo que facilita cosas como meter a niños pequeños y sentarlos en su sillita, o el acceso de personas mayores con poca agilidad. Además, los asientos están colocados un poco más altos que en un turismo convencional, algo que también facilita operaciones de ese tipo. Hay mucha superficie acristalada, algo que aumenta la luminosidad, la visibilidad y, también, mejora la sensación de amplitud. Destaca también por la multitud de huecos que tiene para dejar cosas, incluidas dos guanteras con tapa frente al conductor (la habitual en cualquier coche y otra en la parte superior).

Honda Jazz Hybrid 1.5 i MMD Executive 00025

En cuanto al puesto de conducción como tal, el Jazz ofrece una postura de conducción también más elevada de lo normal. Esto, como hemos comentado, mejora el acceso, la comoidad o la visibilidad, pero sí es cierto que, en zonas de curvas, no ayuda tanto a contar con un buen agarre, algo a lo que tampoco ayuda el asiento. ¿Un problema? Tampoco tanto, pues entendemos que este coche está mucho más destinado a ciudad que a carreteras de montaña, así que su planteamiento nos parece acertado.

El salpicadero tiene un diseño sencillo, con mucho plástico duro, algo habitual en los coches japoneses. Eso sí, los ajustes son bastante buenos, y no se aprecian ruidos en marcha. La instrumentación es digital, sencilla y consultar y muy clara. La pantalla central requiere un poco de tiempo para adaptarnos a ella pero, después, enseguida nos resultará todo familiar y fácil de manipular, pues además los iconos que emplea tienen un buen tamaño. Por si fuera poco, tanto el climatizador como el mando principal de la radio emplean botones físicos y tradicionales, algo que es todo un acierto.

Desde el punto de vista de la habitabilidad, el Jazz destaca por el espacio que ofrece en las plazas traseras, sobre todo en cuanto a espacio para las piernas y altura. Además, cuenta con un sistema que permite levantar la banqueta como si fuera el sillón de un cine, algo que le permite ofrecer un interesante espacio de carga. El maletero ofrece 304 litros, una cifra que no está mal en términos absolutos… pero que no son demasiado para un coche de carácter familiar y espacioso. Por ejemplo, el Fiat 500L que citábamos antes ofrece 412 litros, que es en torno a un 25% más. Obviamente, la condición de híbrido es la que limita este espacio del Jazz, así como el hecho de ofrecer ese comentado espacio tan bueno para las piernas en las plazas traseras.  

Así va en marcha

El Honda Jazz es un coche especialmente recomendable para circular por ciudad y alrededores, pues tiene una respuesta suave y agradable, una suspensión cómoda, no es demasiado ruidoso, en esas condiciones gasta bastante poco y, además, gracias a su tamaño y buena visibilidad, resulta muy manejable a la hora de callejear.

Si lo analizamos por partes y empezamos por la mecánica, el Jazz es un coche muy fácil de conducir. No hay caja de cambios con diferentes marchas, por lo que todo es tan sencillo como poner la D y comenzar a circular. La respuesta del motor es la que uno puede esperar de un modelo de 109 CV. En función de cuánto vayamos acelerando y de la carga de la batería o la velocidad, el Jazz decidirá automáticamente si mantenerse en eléctrico o si conectar el motor de gasolina y exigirle más o menos rendimiento. En caso de que necesitemos las máximas prestaciones, el Jazz es un coche que responde mejor de lo esperado para su potencia, y no está nada mal que un coche así acelere de 0 a 100 km/h e, 9,5 segundos. Para ciudad, es más que suficiente.

En cuanto a consumo, y como buen híbrido, gasta menos cuanto más vayamos por ciudad, circunstancias en las que es fácil moverse entre 4 y 4,5 L/100 km. En carretera, en cambio, lo normal es acercarse más a los 5 L/100 km, e incluso superar esa cifra su vamos mucho tiempo carretera a alta velocidad. En cualquier caso, pasar de 5,5 L/100 km reales no es habitual. Obtiene, por tanto, una buena nota en lo que a consumo se refiere.

Si analizamos el coche desde el punto de vista del comportamiento, el Jazz es un coche con un claro enfoque a la comodidad y a la facilidad de conducción. Por eso, tiene una suspensión más bien blanda a la hora de superar baches, pero contiene con suficiente solvencia los balanceos de la carrocería en los cambios de dirección. Tiene una dirección que al principio quizá podría parecer más asistida de lo debido pero que, al poco tiempo, pasa completamente desapercibida porque, simplemente, funciona muy bien: es muy precisa y nunca te parece ni que va dura, ni que va blanda. Convence.

No creemos que nadie se compre un Honda Jazz pensando en encontrar el coche más ágil del mercado en una carretera de curvas. Tampoco es su objetivo. Aún así, en esos terrenos el Jazz se desenvuelve bien, porque esa precisión del eje delantero y la sensación de aplomo que transmite el eje trasero dan mucha confianza al conductor. Sin ser un coche especialmente ágil, sí es verdad que en ese tipo de trayectos se desenvuelve muy bien. Sin embargo, sin duda, por comodidad y facilidad de conducción, volvemos a considerar que el hábitat donde se encuentra más cómodo es en la ciudad y en pequeños desplazamientos interurbanos.

Por precio

El Honda Jazz con acabado Comfort sale por 22.950 euros, mientras que el Elegance alcanza los 24.650 euros y el Executive de esta prueba asciende a los 26.350 euros. Es razonable, aunque difícil de comparar. Por citar un ejemplo de posible alternativa, es un precio un poco inferior al de un Toyota Yaris Cross, un SUV híbrido de 4,18 metros de largo y 397 litros de maletero que, en función del acabado, oscila entre los 25.350 y los 28.850 euros.

 

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