Se llama Hyperloop y, efectivamente, está ideado por Elon Musk, el empresario que está detrás de proyectos como Tesla o Space X y que se convirtió en multimillonario gracias a la venta de la página web que fundó y que todos conocemos: Paypal. Parece ser que su imaginación y capacidad de inventiva no tiene límites, pero si su tiempo. Actualmente dirige Tesla Motors y Space X (fabrican cohetes y lanzaderas) y es presidente y principal inversor de Solar City, una empresa líder en EE.UU como proveedor de sistemas de energía solar.
En 2013, como respuesta a la necesidad de mejora el transporte entre las dos principales ciudades californianas, Elon Musk presentó una idea bastante evolucionada de un sistema que conseguiría transportar personas (y con alguna adaptación coches o mercancías) entre San Francisco y Los Ángeles en poco más de media hora (unos 600 kilómetros) a una velocidad máxima superior a los 1200 Km/h, sin superar la barrera del sonido por muy poco (1234 Km/h).
En palabras del propio Elon Musk durante la presentación del proyecto el sistema se basa en «una mezcla entre un tren bala, un Concorde, y una mesa de hockey sobre aire«. Unas cápsulas de aluminio con capacidad para unas 28 personas (o tres coches que podrían meterse en el mismo tamaño, según dice el proyecto), metidas en un tubo lo más recto posible, suspendido mediante columnas. El tubo está presurizado, de forma que se elimine en lo posible la resistencia del aire. Las cápsulas se aceleran y frenan al inicio y al final del trayecto mediante electroimanes y la cápsula «flota» en el aire dentro del tubo el resto del trayecto. Un compresor de aire en cada cápsula consigue evitar aún más ese rozamiento e impedir el «efecto jeringuilla» y con ello alcanzar velocidades cercanas a esos 1200Km/h prometidos.
Podrían meter en el tubo varias cápsulas. En el cálculo teórico actual bastaría separarlas 37 Km unas de otras para evitar fallos catastróficos. Los tubos estarían sustentados por columnas de 6 metros de alto y separadas 30 metros unas de otras y contarían con sistemas anti terremo
tos y estabilizadores. Se ha descartado el hacer el tubo subterráneo todo el trayecto ya que esto dispararía los costes, pero no el poder hacer algunos tramos bajo el suelo, para evitar poblaciones o en casos que así fuese necesario. La energía para el sistema se suministraría a través de paneles solares a lo largo de toda la estructura.
Ponerlo en marcha es otra historia. Elon Musk presentó el proyecto y lo calificó (en plan software) de «open source»: él daba la idea, los planos provisionales y todo el proyecto que había realizado para que el que quisiera lo desarrollara. En septiembre sin embargo se formó Hyperloop Transportation Technologies Inc., una empresa cuyo modelo, al igual que el proyecto que pretenden sacar adelante es cuando menos curioso: todos los participantes son voluntarios y no cobran por su trabajo€por ahora. También es cierto que no tienen obligación y entregan a este proyecto parte de su tiempo libre. Eso si, si sale adelante, cobrarán de los beneficios obtenidos. Y ya hay gente trabajando con experiencia en empresas como Space X o Tesla, dentro del grupo de Musk o Boeing entre otras.
Se han adelantado ya algunos trabajos, según Dirk Ahlborn, CEO de la empresa, se comenzará a construir el primero de los prototipos a lo largo de 2015 y el Hyperloop definitivo podría construirse en California a lo largo de la próxima década. Pero no por los 6.000 millones de dólares presupuestados en principio por Musk: ahora el presupuesto oscila entre 7.000 y 16.000 millones. Aún así, menos de los 68.000 presupuestados para el proyecto del tren de alta velocidad€que circularía sólo a 215km/h.
