La familia real de Inglaterra es una de las más poderosas del mundo, con un patrimonio que se cuenta por miles de millones de libras. Pero no sólo en los inmuebles o condados reside su músculo económico; también en los automóviles. El ahora coronado Carlos III tiene en su haber un amplio abanico de vehículos de colección. Uno de los más raros, y posiblemente caros por lo extravagante de su concepción, es un Aston Martin DB6 que es capaz de funcionar con… ¡vino y queso!
Extravagancias aparte, también hay otros más normales como un Jaguar X-Type que la reina Isabel II usaba en sus desplazamientos. Una unidad que se acaba de poner a la venta en una firma de subastas y cuyo precio final conoceremos el próximo 22 de julio. De hecho, no es la primera vez que los vehículos de la familia real británica van a subasta. Por ejemplo, hace unos meses hacían lo propio con un Land Rover 4×4 de 1953 o un Super-Snipe Mk III de 1952.
Un Jaguar con historia
Este Jaguar X-Type ya fue subastado en el pasado. Más concretamente, en 2022, el presentador de la BBC, Chris Evans, lo adquirió por unas 50.000 libras (unos 58.000 euros al cambio) para posteriormente donarlo a una organización benéfica. Ahora, el vehículo será subastado nuevamente y el dinero resultante irá a parar también a organizaciones benéficas.
Este Jaguar X-Type fue una de las primeras creaciones del diseñador de la marca británica Ian Callum. Fue producido entre 2001 y 2009 y fue también el primer familiar ofrecido por Jaguar. Con un claro favoritismo por el Land Rover Defender, cuando éste no estaba disponible, Isabel II empleaba este Jaguar X-Type para sus desplazamientos, incluso conduciéndolo ella misma.
Mecánicamente, la unidad en cuestión se impulsa gracias a un bloque gasolina V6 de 3.0 litros que desarrolla una potencia de 227 CV. Es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en unos 7 segundos y tiene un techo de velocidad de 235 km/h. Todo ello, apoyado en una caja de cambios manual de cinco velocidades o automática, como es el caso de la unidad de la anterior reina de Inglaterra.
Una pieza para los coleccionistas más monárquicos que, en su última subasta, alcanzó la friolera de 350.000 euros. Habrá que esperar al próximo 22 de julio para saber la cantidad exacta.
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