Siempre me ha gustado este coche. Y por una sencilla razón: el Jaguar XE es una de las tres berlinas premium que más me ha satisfecho en términos dinámicos. Muchas son las que han intentado parecerse al BMW Serie 3, pero a mi juicio sólo el Alfa Giulia y este Jaguar han logrado ofrecer un producto realmente equiparable.
Quizá no mejor, pero sí muy competitivo. Hay muchos ejemplos de otros que fracasaron en el intento, incluso dentro de la propia Jaguar: aquel X-Type de 2001, basado en el Ford Mondeo, no fue la mejor idea para colarse entre las berlinas premium alemanas.
Pero todo cambió en 2015. El XE adaptaba propulsión al eje trasero y un afinado chasis para, ahora sí, tocar los ‘h*****’ al BMW Serie 3. Y, esto ya es cosa personal mía, lo hizo con un diseño muy agraciado. Cuatro años después, el XE se beneficia de un restyling que afecta a todos los apartados. La carrocería recibe nuevos paragolpes, colores y llantas, y ahora los grupos ópticos son más afilados y siempre de led.
En el interior, lo primero que se aprecia es que hay una palanca de cambio en el lugar donde antes había un selector rotatorio, si bien la transmisión es la misma ZF de ocho velocidades. Sin embargo, lo realmente valioso es que la calidad percibida es mayor. Aparte, hay un nuevo volante, un cuadro de mandos digital y un renovado sistema multimedia. También incorpora algunos elementos del I-Pace eléctrico, como el panel táctil de 5,5″ que aglutina los mandos del climatizador. Esto último es lo único que me desagrada, puesto que los antiguos botones reales tenían una apariencia menos sofisticada, pero eran mucho más intuitivos de accionar.
En el momento de su lanzamiento, la versión P300, basada en un motor 2.0 turbo de 300 CV, es la más ambiciosa. Sólo se ofrece con tracción total, pero se puede asociar a los tres acabados de la gama –S, SE y HSE–, todos ellos a su vez compaginables con la terminación R-Dynamic, que viene a ser algo así como los paquetes M y AMG de BMW y Mercedes, es decir, paragolpes específicos, faldones, asientos deportivos, levas para el cambio, suspensión específica…
Además, este restyling incluye un reajuste de la dirección, que es directa, muy precisa y no en exceso artificial, y una renovada suspensión adaptativa que, si bien es opcional –1.208 e–, es francamente buena. Sin ser en absoluto blanda, neutraliza los baches con eficacia y confort para los ocupantes y, cuando apuras los límites, contiene muy bien los balanceos de la carrocería y mantiene un gran aplomo en las cuatro ruedas.
Al final, acabas yendo rapidísimo enseguida. El coche transmite bastante confianza porque se siente ágil, compacto y compensado. La motricidad que proporciona el sistema de tracción total de eje delantero conectable es impecable, pero manteniendo el sesgo de un coche de propulsión.
Además, la energía de su motor es muy aprovechable, aunque a decir verdad su sonido es demasiado políticamente correcto. No estira demasiado, puesto que por encima de 5.500 rpm hay poco que rascar, pero dispone de fuerza desde muy bajas revoluciones, apenas hay retraso en la respuesta del turbo, y la transmisión ZF no admite muchos reproches. Como resultado, este XE es rápido, ágil, y muy gratificante y entretenido de conducir, características que no son fáciles de encontrar en su segmento.
![]() La nueva gama se compone, al menos de momento, únicamente de mecánicas de cuatro cilindros, desapareciendo la versión XE S con motor 3.0 V6 sobrealimentado de 380 CV. También deja de ofrecerse la caja de cambio manual, quedando como única opción la transmisión automática ZF de convertidor de par y ocho velocidades. Sí se conserva la posibilidad de escoger entre propulsión trasera –en el P250– o tracción total –en el P300 y opcional en el diésel de 180 CV–. |
Está clara una cosa. Si necesitas una berlina para viajar con el maletero cargado hasta los topes y tus dos hijos pequeños berreando en las plazas traseras, no te voy a mentir, esta es una de las peores opciones que te ofrece el segmento.
Ahora bien, si el maletero y la habitabilidad atrás no es una prioridad –ojo, tampoco es que sea un desastre, pero un Audi A4 es más capaz–, y a cambio sí lo es la experiencia al volante, entonces el XE es una elección excelente. Con un precio desde 54.200 e, esta versión de 300 CV sale un poco más cara que el BMW 330i de 258 CV –47.250 euros–, pero tiene más potencia e incluye tracción total y un mayor equipamiento de serie. Por contra, su otro máximo rival, el Alfa Giulia 2.0 Turbo de 280 CV, es algo más caro: 57.340 e.
En cualquier caso, condicionado por su naturaleza de propulsión trasera, el XE es uno de esos coches que sacrifican ciertos aspectos prácticos en favor de los emocionales. Y lo hacen orgullosos. Por eso, merece los respetos de cualquier amante de la conducción.
Jaguar XE P300 AWD R-Dynamic. Datos técnicos
-
Motor: 4 cil. en línea, 2.000 cc, turbo
-
Transmisión: Automática de variador continuo y ocho velocidades
-
Tracción: A las cuatro ruedas
-
Potencia: 300 CV a 5.500 rpm
-
Par:400 Nm de 1.500 a 4.500 rpm
-
0-100 km/h: 5,7 segundos
-
Velocidad máxima: 250 km/h
- Peso: 1.615 kg (5,38 kg/CV)
-
Precio (desde): 54.200 euros
Lo mejor: Hay pocas berlinas medias de comportamiento tan dinámico.
A mejorar: En términos prácticos, sus rivales ofrecen mejor habitabilidad y maletero.
