además, cuando aceleraba,
el motor emitía un soplido contínuo,
que desaparecía al dejar de pisar el pedal del
acelerador. Lo llevé al taller oficial en el que lo
adquirí y solucionaron la avería de las puertas,
sin embargo, no dieron importancia a los
otros problemas, a pesar de que habían probado
el coche y escuchado los ruidos. Yo insistí
en que debían arreglarlo, pero los mecánicos
me aseguraron que tenían que averiguar
dónde estaba el fallo y no sabían el
tiempo que tardarían en solucionarlo… y,
para colmo, me dicen que no tengo derecho
a un coche de cortesía.
Kia
nos ha comentado que, tras 15
días en el taller y efectuar las comprobaciones
necesarias, se ha solucionado el problema de
su Carnival sin coste alguno: le han cambiado
el common-rail, arreglado los anclajes del salpicadero
y ajustado los tubos de la calefacción.
Según el contrato de garantía, Ángel no tiene
derecho a coche de sustitución.