El Kia Sportage es uno de esos pocos modelos en los que puedes elegir diferentes tipos de mecánica (gasolina, diésel, híbrido, híbrido enchufable…) y, gracias a ello, puedes disponer de la etiqueta C, ECO o CERO de la DGT.
La inmensa mayoría de las versiones del Kia Sportage tienen etiqueta ECO, y eso lo consigue empleando mecánicas dotadas de un sistema de hibridación ligera y, también, con un motor 100 % híbrido que es el protagonista de esta prueba.
Estéticamente, nada nos hará diferenciar a la versión 100 % híbrida del Kia Sportage del resto de la gama. Mantiene sus 4,51 metros de longitud, así como ese característico y personal diseño que le permite diferenciarlo de un simple vistazo.
En el interior, y más allá de los cambios que encontramos en la propia instrumentación digital o los mandos del sistema híbrido, tampoco hay grandes diferencias con los demás Sportage. El Kia Sportage HEV es por tanto un coche con un puesto de conducción moderno y atractivo, con dos grandes pantallas de buena calidad y también con diferentes botones para acceder de forma directa a elementos como la climatización.
El Kia Sportage y su motor híbrido de 215 CV
Los grandes cambios de esta versión están en la mecánica. Este Kia Sportage HEV cuenta con un motor 1.6 turbo de gasolina y otro eléctrico de 60 CV asociado a una batería de 1,9 kWh que se recarga de forma automática, bien sea durante las frenadas o a través del propio motor de combustión.
El resultado es un modelo de 215 CV y 350 Nm de par asociado a un cambio automático de seis velocidades y a un sistema de tracción delantera o total. Este Kia Sportage es por tanto un coche muy similar al Toyota RAV4 220H, que cuenta con una potencia de 218 CV en el caso de las versiones de tracción delantera y 222 CV en el caso de la variante 4×4.
A continuación, os mostramos los datos de las dos versiones más asequibles con tracción delantera de ambos modelos, que también están entre las más demandadas:
| Kia Sportage | Toyota RAV4 | |
| Versión | 1.6 T-GDi HEV | 220H |
| Precio | Desde 41.590 euros | Desde 40.500 euros |
| Longitud | 4,51 metros | 4,60 metros |
| Maletero | 587 litros | 580 litros |
| Motor | 1.6 Turbo y eléctrico | 2.5 atmosférico y eléctrico |
| Potencia / Par | 215 CV / 350 Nm | 218 CV / 221 Nm |
| Cambio | Aut. 6 vel. | Aut. |
| Tracción | Delantera | Delantera |
| Aceleración 0-100 km/h | 8,4 segundos | 8,4 segundos |
| Consumo medio | 5,6 L/100 km | 5,8 L/100 km |
Nos encontramos por tanto ante dos coches de características muy similares, pues las prestaciones son las mismas si nos fijamos en los datos oficiales. Sin embargo, el funcionamiento de la caja de cambios automática de doble embrague y seis relaciones del Kia Sportage le convierten en un coche más agradable de conducir en carretera.
Además, hay que tener en cuenta que el Kia Sportage también consume algo menos de carburante, si bien ambos tienen la misma etiqueta ECO de la DGT.
¿Y por comportamiento? En ambos casos estamos ante dos modelos que apuestan claramente por un planteamiento familiar, de manera que nos encontramos ante dos modelos pensados para ofrecer una buena dosis de comodidad y una gran nobleza de reacciones. Son dos coches que se desenvuelven muy bien en ciudad, pero que también permiten afrontar cualquier tipo de viaje por carretera sin ningún problema.
En otros aspectos, los resultados también son muy similares. Por ejemplo, si el Toyota tiene 580 litros de maletero, el Kia le supera levemente para situarse en los 587 litros, una cifra que está muy bien en ambos casos dado el planteamiento familiar de este tipo de vehículos. Además, en los dos las plazas traseras ofrecen un buen espacio incluso para tres personas.
Donde sí encontramos más cambios es en el diseño del puesto de conducción, pues el Kia opta por un aspecto más tecnológico gracias a que sus pantallas tienen un aspecto más moderno. De cualquier modo, las diferencias entre ambos modelos son escasas, como estamos viendo. Y eso también se traduce en el precio, si bien en esta ocasión la balanza se inclina con un poco más de diferencia a favor del Toyota, que resulta 1.090 euros más asequible que el Kia.
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