
Veitch se ha visto obligada a cortar por lo sano después de saltarse un semáforo en rojo por no haberlo visto, y de descubrir lo que le cuesta a estas alturas leer los titulares en letras grandes de los periódicos: «Ahora soy ciega a efectos legales, así que ya no puedo conducir mi amado cacharro«, explicó Veitch al canal de noticias Fox News. «Pero no hace falta que me lo quiten, no pienso volver a conducirlo».
Por si te interesa, el Mercury Comet Caliente tiene 48 años y casi un millón de kilómetros a sus espaldas (926.982 km). Veitch compró el coche por 3.289 dólares y ahora está valorado en unos 12.000 dólares (poco más de 9.000 -). Esta enfermera jubilada se considera una persona cuidadosa -«siempre he cuidado de todo, menos de mis matrimonios»-, virtud gracias a la cual el coche ha sobrevivido a tres matrimonios y 18 cambios de batería. No piensa legárselo a alguno de sus muchos descendientes, porque «no lo tratarían como yo lo hice». En vez de es0, le está dando vueltas a entregárselo al presentador Jay Leno, famoso coleccionista de coches.