El Bowler Defender toma como punto de partida el Land Rover Defender 90 P300, la versión de carrocería corta dotada del motor de gasolina de dos litros y 300 CV, cuya carrocería autoportante recibe los habituales refuerzos en las zonas de anclaje de las suspensiones, protecciones de bajos y la preceptiva jaula interior de protección frente a vuelco con homologación FIA.
En el interior, desprovisto de la mayor parte de revestimientos, se instalan dos asientos tipo baquet con arneses, un volante de competición con levas y numerosos sistemas electrónicos (anti-incendio, luces auxiliares, etc.), los cuales se integran en la red eléctrica original del vehículo, algo no muy habitual en las transformaciones de vehículo de calle a máquinas de competición y que debería redundar en una mayor fiabilidad y una capacidad de diagnosis más eficiente.
Las suspensiones son otro interesante capítulo, con un desarrollo específico en colaboración con Fox, que ha aumentado la altura del vehículo en 25 milímetros. También se instalan llantas reforzadas de 18 pulgadas con neumáticos BFGoodrich All-Terrain T/A KO2.
Exteriormente, los cambios son sutiles pero importantes. Las puertas se han recortado en su zona inferior, lo que permite montar taloneras reforzadas. Asimismo, se han instalado luces auxiliares delanteras y luces anti-polvo integradas en el alerón trasero.
Bowler Defender Challenge
El vehículo será el protagonista de una copa monomarca que coincidirá con siete rallys británicos en 2022, la Bowler Defender Challenge, abierta tanto a pilotos veteranos como a noveles.
Se espera contar con 12 equipos, que recibirán sus vehículos directamente de Bowler antes del inicio de la temporada. Previamente a que eso ocurra, el Bowler Defender hará su estreno en competición en el rally Iceland Hill, una carrera de 400 kilómetros que se disputará entre el 6 y el 8 de agosto.