La apuesta de Lleida por un turismo diferente es una realidad. El hecho de fomentar un turismo pensado para los aficionados a las motos nos lleva a ver la carretera de otra manera. Por eso hay un disfrute en cada giro. El mototurismo está de moda. Curvas y más curvas, valles, montañas y la mejor compañía que se puede llevar, nuestra moto.
Cuando llegamos a la recepción de Cerdanya Ecoresort, en el pequeño pueblecito de Prullans, en Lleida, y Simone nos indica donde podemos dejar nuestras motocicletas, se tiene la sensación de haber hecho algo importante. El premio es merecido. Una sesión de relax en el spa para el piloto y un buen «manguerazo» para quitar las marcas de doscientos kilómetros de curvas, de subidas y bajadas, donde la palabra «llano», parece prohibida, se agradece. Por eso la llaman la Ruta de los Puertos.
Lleida es una provincia ideal para el mototurismo. En las zonas más cercanas a la frontera con Francia, las carreteras son sinuosas y con buen firme, y los paisajes sobrecogedores. Subir y bajar puertos, y de paso echar unos buenos ratos en los pueblos que encontramos en el camino es la ruta que proponemos hoy. Para los ciclistas un reto, para los motoristas un disfrute.
Realmente, todo empezó en Bossòts, en pleno Pirineo que puede ser un punto de partida. Estamos a 710 metros de altitud, en la margen izquierda del Garona que suele bajar embravecido en esta zona y las vistas son espectaculares. Vestigios medievales y románico puro aranés se respiran por las callejuelas de este rincón del Valle de Arán. Tomamos unos pinchos en la taberna Urtau, cogemos el casco y ponemos rumbo al Aran Park, un parque que da buena muestra de la flora y la fauna aranesa y pirenaica donde poder descansar.
Bossòts es un pueblo acogedor, lleno de piedra, pizarra y flores para pasearlo y coger fuerzas antes de empezar la ruta de los puertos leridanos. Ponemos en el GPS dirección sur y cogemos la N-230, para llegar hasta Viehla y sus sinuosas carreteras.
En la zona hay varios sitios que merecen una parada. Les, Artiga de Lin y el Saut deth Pish. Y es que el paisaje de esta tierra nunca deja de sorprender. En el Sauth deth Pish, encontramos la cascada más bonita del Valle de Arán.
Recorrer con la moto estos pequeños caminos es un extra que ofrecen estas rutas, caminos solitarios, prados verdes y al fondo, una cascada impresionante… un buen momento para descansar y meditar. Un poco más al sur, en Artiga, las montañas recortadas en esos cielos que aquí parecen más grandes y limpios que en ningún sitio, nos invitan a dejar la moto al lado y caminar por los verdes prados.
El segundo destino de nuestra ruta es Vielha, capital de la comarca de Arán. De aquí, lo mejor para disfrutar de la moto es salir por la carretera C-28, que comunica el valle con el Pallars Sobirà y el Puerto de la Bonaigua, y dar buena cuenta de sus curvas imposibles. Un tramo verdaderamente divertido con buen asfalto y excelente visibilidad.
Las prisas no son buenas, porque hay mucho que ver. En el camino merece parada el pueblo de Arties, con su iglesia románica y su Parador. Un poco más allá, la estación de Baqueira Beret, el complejo invernal más grande de los Pirineos nos ofrece todo tipo de actividades invernales, aunque si viajas en verano podrás disfrutar de todos sus atractivos con las calles prácticamente vacías.
Una vez dejado atrás Arties, nos desviamos hacia Bagergue, un pueblecito de no más de 100 habitantes y que es el municipio más alto del Valle de Arán. Un rincón de los que se guardan en secreto. El camino hacia Bagergue es como bailar porque las curvas nos marcan el ritmo.
El Valle de Aran, se mire por donde se mire, es un lugar privilegiado. El entorno natural es espectacular y sus gentes lo cuidan como se merece. No por casualidad está catalogado como Reserva de la Biosfera, de hecho fue el primer destino de montaña en recibir la acreditación Biosphere.
Y siguiendo ruta por este magnífico valle nos encontramos con València d’Àneu. Aquí abandonamos la C-28 y ponemos rumbo hacia el siguiente valle, el Valls d’Áneu. Es un valle mágico, aquí incluso se pueden ver, aunque afortunadamente no lo hemos hecho, osos pardos.
Cruzando la carretera hacia la otra orilla del Garona llegamos a Espot, la puerta al Parque Nacional de Aigüestortes y Estany Sant Maurici. Aquí dicen que los Pirineos toca el cielo y la verdad es que la sensación es tal cual.
Este Parque Nacional, el único de Cataluña, es un reducto de flora y fauna salvaje gracias a que siempre ha sido un espacio protegido y el acceso bastante inaccesible. Llegar con la moto hasta sus lagos del cuaternario es una experiencia difícil de olvidar.
Y de un Parque Nacional a un Parque Natural, el del Alt Pirineu. Es el parque más grande de toda Cataluña, lleno de altas montañas y refugio de aves amenazadas. Un lugar donde perderse y perder la noción del tiempo. Aquí en junio organizan una feria de productos artesanos y la Muestra de la oveja aranesa, con esquileo y comida popular incluida.
De vuelta a la C-13, en Sort, aprovechamos para comprar un décimo de lotería por si acaso, y cogiendo la N-260 empieza uno de los tramos más divertidos para los motoristas, 50 kilómetros de curvas y magníficas vistas. Posiblemente, el tramo de carretera más bonita de todo el Pirineo. No es extraño que haya aficionados que realicen este tramo en ambos sentidos€ ¿Por velocidad? No. Por puro placer. Salpicados en el paisaje encontramos miradores donde parar y contemplar lo extraordinario del lugar.
La Seu de Urgell sirve como lugar de parada obligada antes de pasar a la Cerdanya. El rutómetro marca el final de la ruta, pero todavía quedan cosas. Llegamos a Lles de Cerdanya, el paraíso de los amantes del esquí nórdico, con pistas y circuitos inmensos para disfrutar de este deporte. A un kilómetro escaso de allí está Rocaviva Laberinto Mágico, 600 rocas de granito de todos los tamaños que Climent Olm esculpió durante casi 30 años. Un bosque lleno de caminos misteriosos y con un encanto especial y algo inquietante.
Desde su ladera es impresionante ver la muralla de roca caliza que ofrecen las sierras del Cadí y del Moixeró y el Parque Natural que forman. No es difícil cuando se llega a las puertas de este parque natural ver pasar a legiones de aficionados de las rutas trail que transitan por las pistas de tierra que cruzan el Parque… una buena opción para terminar esta ruta motera. No es casualidad que Kilian Jornet empezara su pasión por la montaña en el maravilloso refugio de Cap de Rec. Desde la piscina, el esfuerzo se entiende de otra manera.
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