El escenario es el circuito francés de Paul Ricard y los protagonistas, la pareja más laureada de la historia de los rallys y uno de los pilotos de referencia en el mundial de turismos, el francés Yvan Muller. Los dos piloitos galos ‘juguetean’ con el Citroën C-Elysée, el nuevo modelo con el que la firma de los chevrones intentara cosechar un triunfo en una especialidad que, hasta la fecha le es desconocida. Desde luego, a falta de confirmar sobre el asfalto el rendimiento del vehículo, es evidente que pilotos de mayores garantías no podían haber encontrado.
Tras las primeras pruebas realizadas con una unidad de pruebas en el circuito de Val de Vienne, Loeb se mostró muy satisfecho del rendimento del C-Elysée y declaraba: «Tuve una buena experiencia con el WRC modificado, y finalmente cuando probé por primera vez el verdadero coche del WTCC ya estaba a gusto con él. Obviamente me pareció mucho mejor, ya que el equipo ha mejorar un montón de pequeñas cosas. El equipo y yo empezamos desde cero en el campeonato. No sabemos muchas de las pistas y queremos aprender».
El nonacampeón del mundo de rallies también ha dejado bien claro que no espera ganar de buenas a primeras ya que enfrente tendrá a grandes especialistas de la categoría como Yvan Muller, su recién confirmado compañero en Citroën y triple campeón del WTCC en 2008, 2010 y 2011.
«Sé que mucha gente espera que yo gane el WTCC sólo porque he ganado, do muchos rallyes. Sin embargo, este cambio no será una tarea fácil y el caso de Räikkönen es el ejemplo perfecto. Se pasó a los rallyes y no fue capaz de ganar, luego regresó a la F1 y fue un ganador de nuevo».
Viendo el rendimiento de Loeb en todas las disciplinas automovillísticas en las que ha participado –no olvidemos que viene de pulverizar el récord en la subida a Pikes Peak–, ¿no estará pecando Seb de modesto?