El festival, que se celebró en el madrileño Parque de la Bombilla, contó con coches prestados por la organización `Madrid American Cars ´(MAC). Ésta es un club que agrupa a propietarios de clásicos estadounidenses, como un Dodge Charger SRT8, un Chevrolet Impala, un Corvette y muchos otros modelos de los años sesenta de Chrysler, Cadillac, etc. Otro de los coches destacables fue el Chevrolet azul que perteneciera al general responsable de implantar la base de Estados Unidos en Torrejón de Ardoz.
El domingo por la noches se proyectaron dos películas en el Parque de la Bombilla: `El mensajero´ seguida de la última entrega de la saga sobre carreras callejeras, `Fast & Furious 6´. El propietario del Dodge Charger, Alfredo San Jaime, cree que ver películas de coches desde uno de estos vehículos es lo ideal: «las películas de coches acompañan e invitan más a ser vistas en un coche en el cine». Los propios autocines se encargan de facilitar un altavoz o una emisora de radio para escuchar la película desde el habitáculo. Éste último método es el que pone en práctica Fescimad.
La idea arrancó hace diez años, cuando MAC fue fundada. Al enterarse, al gerente de Fescinal, David Lluesma, se le ocurrió que sería interesante combinar los clásicos estadounidenses con el cine de verano de Madrid: «vimos qué había cosas en común, y vimos los cines clásicos, los ‘drive-in‘ como los que aparecen en películas como `Grease´. Y de ahí surgió la idea de poder hacer un homenaje a estos ‘drive-in». Por eso, desde hace cuatro años, el visionado de películas desde los asientos de los coches de Madrid American Cars forma parte del evento. El sueño de Lluesma es abrir un autocine en Madrid: «la tecnología ya la tenemos». De momento, a falta de un autocine, el Cine de la Bombilla seguirá proyectando películas todos los días hasta el 30 de septiembre. La entrada cuesta 6 euros.