La magia e historia del clásico Renault 12

En los tiempos que corren, los modelos de automóvil cada vez son más complejos y sofisticados. Sus prestaciones aumentan y mejoran cada día, ofreciéndonos computadoras de a bordo, sistemas de DVD, tecnología Bluetooth, etc.


Sin embargo, como no solo de innovaciones técnicas vive el hombre, lo cierto es que cada vez son más las personas que deciden revivir sus sueños de la juventud y comprar un auto clásico. Estos autos, lejos de ser la opción más moderna, fiable y competitiva, son una mirada de nostalgia hacia tiempos pasados.

Aún así, no piensen que estos autos son para tirarlos directamente a la basura, nada más lejos de la realidad. Se trata de brillantes piezas de ingeniería que, pasados los años, funcionan a la perfección si los tratamos con cuidado.

Uno de los clásicos más longevos y de mayor éxito en la Argentina es el maravilloso Renault 12. Vamos a ver un poco de su historia.

Los orígenes de un clásico

El proyecto 117, con el que primeramente se conoció al Renault 12, vio la luz en el año 1965. Se concibió como sustituto directo del Renault 10, con la idea de que pudiera servir de transporte para las familias de la época. Para esto debía ser realmente amplio y mantener una cilindrada superior a los 1000 centímetros cúbicos.

Esto garantizaría en mayor o menor medida su fiabilidad y comodidad, convirtiéndolo en un coche familiar y accesible para todos. Las especificaciones del proyecto decían literalmente «el vehículo ha de ser económico y no muy sofisticado, con un espacioso interior y un buen arranque, será suficiente con un motor pequeño. Ha de ser fácil de producir para poder ser realizado en todo el mundo. También tiene que ser fiable para la exportación, aunque lo suficientemente cómodo para satisfacer el mercado francés. Se deberá poder utilizar como base para múltiples combinaciones».

El motor era el mismo en su práctica totalidad que el de los anteriores modelos, R8 y R10. De hecho, cualquier modelo anterior del Renault 10 puede ser perfectamente acoplado en el posterior Renault 12. Sin embargo, la transmisión es diferente, uno es de propulsión mientras que el otro es de tracción.

La mayor característica positiva del Renault 12 es su peso. A pesar de ser unos tres volúmenes pensado especialmente para la familia, sus creadores consiguieron que en ningún caso sobrepasara los 1000 kilos. En muchos casos, algunos modelos apenas llegaban a 930 kilos. Otros coches de la época, como el Peugeot 504 pesaban hasta 200 kilos más en muchas ocasiones.

¿Dónde puedo encontrar un Renault 12?

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