Las escobillas del limpiaparabrisas son un elemento que dota de seguridad al vehículo, ya que cuando las condiciones meteorológicas son adversas el sistema hace que podamos tener visibilidad plena. También cuando nuestra luna delantera se ensucia por insectos u otros motivos, a través del sistemas de eyectores de agua, podemos limpiarla para evitar problemas de visibilidad.
Las escobillas del limpiaparabrisas no suelen ser un elemento del vehículo cuyo coste económico sea muy elevado, pero por el contrario puede salirnos muy caro circular con ellas en mal estado y perder visibilidad ante situaciones de nieve, agua, etc. Además, si las escobillas están demasiado sucias o la goma se encuentra rígida o pasada por el tiempo, puede provocar que se produzcan rayas o arañazos en el parabrisas.
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Sin embargo, suele ser habitual que los conductores únicamente se acuerden de que deberían haberlas sustituido cuando se topan con la lluvia u otra inclemencia y las escobillas no limpian bien. Y es que, al igual que otros sistemas del vehículo, los parabrisas requieren de un mantenimiento.
El principal enemigo de la goma de la escobilla del limpiaparabrisas es el sol, que la endurece y agrieta. Debido a su incidencia, lo más habitual es sustituirlas una vez al año, pero también es cierto que va a depender de su uso, zona geográfica donde se vive, si el clima es muy seco…, condiciones que van a precipitar su desgaste. Sin embargo, hay estudios que aseguran que los españoles cambiamos las escobillas del limpia a los 4 años, un periodo excesivo.
Es recomendable limpiar la goma de la escobilla periódicamente de la suciedad que pueda quedarse pegada en ella, mediante un trapo impregnado de limpiacristales, consiguiendo que se mantenga en mejores condiciones y puedan durar más tiempo.
¿Que síntomas alertan de que hay que sustuir las escobillas?
- Si al darle al limpiaparabrisas observamos que las escobillas dejan estrías, esto es debido a que la lámina de caucho está dañada o cortada, ello provocado por las altas o bajas temperaturas que deterioran el caucho, con lo cual deberán ser sustituidas.
- Otro síntoma, es la aparición de un velo de agua en el parabrisas debido a que la lámina de caucho se inclina hacia un lado, pero no bascula hacia el otro, y esto es provocado por la exposición de la escobilla a los fenómenos meteorológicos, calor, frío, etc.
- Cuando la escobilla produce sacudidas y ruidos, también es debido al deterioro de la lámina de caucho por la exposición de diferentes temperaturas, haciendo que la presión de la lamina de caucho sobre el cristal sea mayor y provocando este fenómeno.
- Las escobillas dejan zonas no barridas y esto es debido a que la fuerza del viento introduce aire debajo de la escobilla. Cuando esto ocurre hay que buscar si la causa es la pérdida de presión del brazo portaescobilla por un mal ajuste o mal estado de la escobilla, por lo que habrá que sustituirla.
En definitiva, si observamos alguno de estos síntomas hay que sustituir las escobillas por unas nuevas, para que la seguridad en la conducción sea máxima.