Mercedes-AMG GT C Edition 50: primera prueba

La última versión de la gama GT recibe parte de las mejoras de la variante radical R, por lo que puede que estemos ante el AMG GT más recomendable de todos.


Este modelo pinta muy bien sobre el papel por todas las cosas ´prestadas´ que equipa. De hecho, lleva el diferencial controlado electrónicamente, el sistema direccional de las ruedas traseras y el eje trasero ensanchado de la variante Mercedes-AMG GT R; básicamente, un coche de circuito homologado para circular por la calle. Debajo del enorme capó encontramos el mismo motor 4 litros V8 twin turbo con una potencia de 557 CV y un par máximo de 680 Nm –ver técnica–.

Su apariencia es más sofisticada que la del GT R y, sin duda, resulta más sugerente que la del GT ´a secas´. La pintura gris mate de nuestra unidad de pruebas es exclusiva de esta edición 50 aniversario, y también ayuda a incremento el atractivo del conjunto. El aumento de altura en 57 mm del tren trasero no ha supuesto un resideño de la geometría de la suspensión sino que, como sucede en el GT R, simplemente se usan unas llantas y unos neumáticos más anchos.

Mercedes-AMG GT C Edition 50

Los pasos de rueda tan prominentes provocan que el habitáculo te parezca un poco estrecho y, a pesar de que no es más pequeño que el de un GT normal, el techo tan bajito y la enorme anchura del túnel de transmisión te hacen sentir encajado y rodeado de elementos metálicos por todas partes. A cambio, disponemos de una estructura muy sólida.

Si añadimos una competente suspensión adaptativa y un eje trasero direccional a esta rígida estructura, la primera sensación que transmite este C es la de que se trata de un modelo con unas reacciones más eficaces que las de un GT normal. Además, llega menos ruido y vibraciones al habitáculo y, si bien la suspensión es firme, la mayoría de las irregularidades del asfalto se superan con elegancia.

No obstante, el motor se sigue escuchando con claridad. No es para nada tímido, ya que cada vez que pisas el acelerador te regala una banda sonora repleta de gorgojeos y detonaciones. Es un ruido agradable, lleno de carácter y que incita al conductor a buscar un tramo libre de carretera para dar rienda suelta al propulsor.

Cuando empezamos a explorar los modos de conducción más agresivos, descubrimos que este modelo se puede transformar de un cómodo GT a un deportivo muy eficaz. Para empezar, el sonido del motor se vuelve más bestia, petardeando de manera ostensible cuando cambiamos de marcha con el pedal derecho hundido hasta la moqueta. Puede que sea tan sólo una ilusión generada por semejante ruido, pero da la sensación de que el motor V8 llega con más entusiasmo a la zona roja. Cada vez que pulsas la leva derecha del volante, el cambio de doble embrague y siete marchas pasa a una relación superior de forma rápida y fluida.

Inicialmente, la rapidísima dirección y la distancia del conductor respecto del eje delantero pueden provocar sensaciones extrañas. Vas sentado muy atrás, casi sobre el eje trasero, por lo que girar a bordo del C debería parecerse a recoger arroz con palillos de 2 metros de largo… pero no es así. El eje delantero transmite con rapidez y precisión todas las órdenes del conductor al volante. Además, cuentas con una cantidad ingente de adherencia por parte de los neumáticos delanteros, por lo que después de unas cuantas curvas ya se te ha olvidado lo alejado que estás respecto de la parte delantera del coche.

Puedes exigirle más al eje anterior usando los frenos para aproximarte con más agresividad a los giros; el pedal es muy consistente y la suspensión delantera se comprime lo justo conforme reduces la velocidad. A través del volante no llega mucha información, pero el chasis se muestra tan controlable y preciso que puedes guiar el coche en cualquier giro con plena confianza de que siempre habrá agarre.

El entusiasmo del motor y el acelerador en los modos Sport, Sport+ y Race hace que resulte un poco delicado volver a pisar el pedal derecho cuando alcanzas el vértice de los giros. Toda la potencia llega con apenas milímetros de recorrido, por lo que hay que acostumbrarse a este comportamiento para no pegarse un susto. En curvas rápidas con asfalto seco, esta abrupta aceleración no es ningún problema, ya que los neumáticos traseros de 305 mm de ancho proporcionan tracción más que de sobra para mantenerlo pegado al asfalto. En giros más cerrados o en mojado, pueden aparecer problemas relacionados con la tracción, por lo que debes ser cuidadoso a la hora de acelerar. Y eso que cuentas con la inestimable ayuda de unos Michelin Pilot Super Sport en lugar de los semislick Michelin Sport Cup 2 que lleva el R, así como un chasis de reacciones transparentes y una dirección que permite hacer un rápido un contravolante si la trasera desliza.

Al final, llegas a la conclusión de que si usas con sentido común el acelerador sobre mojado o en curvas cerradas, el GT C es un coupé deportivo muy divertido. Un perfecto gran turismo con un puntito de mala leche.

Mercedes-AMG GT C Edition 50

Mercedes-AMG GT C Edition 50: Técnica

El GT C lleva el mismo motor de toda la gama. Se trata del 4.0 V8 twin turbo que, en este caso, alcanza los 557 CV. Esto significa que cuenta con 81 CV más que un AMG GT estándar y está a sólo 28 CV del más radical, el GT R.

De esta forma, no se aleja demasiado de la variante más radical en lo que a prestaciones se refiere, acelerando de 0 a 100 km/h en apenas 3,7 segundos y con una velocidad máxima de 317 km/h; esto significa que sólo es 0,1 segundos más lento y apenas 1 km/h menos veloz que el GT R.

Ficha técnica del Mercedes-AMG GT C Edition 50

  • Motor: V8, 3.982 cc, twin turbo
  • Potencia: 557 CV de 5.750 a 6.750 rpm
  • Par: 680 Nm de 1.900-5.500 rpm
  • 0-100 km/h: 3,7 segundos
  • Velocidad máxima: 317 km/h
  • Peso: 1.625 kg (2,91 kg/CV)
  • Precio: 197.000 euros

Scroll al inicio