En marzo de 1994, Mercedes-Benz presentó una edición especial del discreto E 500 en el Salón del Automóvil de Ginebra. Con un completo equipamiento y un diseño único, este modelo fue el final de fiesta de esta berlina producida con la ayuda de Porsche.
Hubo una época en la que las grandes berlinas deportivas no necesitaban anunciar a bombo y platillo de lo que eran capaces. Con una apariencia casi tan discreta como la del resto de la gama, algunos modelos lograron plantar cara a los mejores deportivos del momento sin dejar a un lado el confort de marcha o la habitabilidad que les caracterizaba. Si pensamos en alguno de estos "lobos con piel de cordero", ahora conocidos como "sleepers" entre los amantes de los coches, vienen a la cabeza varios ejemplos: Volvo 850R, Renault Safrane Biturbo, BMW M5 E34, Lotus Carlton o Mercedes-Benz 500 E.
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