Mercedes acaba de presentar un art-car basado en el Mercedes-AMG G 63. El trabajo de pintura se ha llevado a cabo en las instalaciones de AMG en Affalterbach (Alemania), donde el vehículo recibió hasta siete diferentes capas de pintura personalizada. El motivo elegido, una alegoría de un caballo galopando por el espacio exterior en los laterales de la carrocería, es un homenaje a Japón y su cultura de lo fantástico.
Este Mercedes-AMG G 63, denominado Space Horse Tokyo, forma parte de una colección de cuatro vehículos únicos creada en colaboración con Palace, una firma británica de tablas de skate, ropa urbana y accesorios asociada con Mercedes-AMG por el paralelismo entre el mundo del skate urbano y los automóviles más deportivos.
Por lo demás, este “one-off” cuenta con las mismas características que cualquier otro Mercedes-AMG G 63, con el principal reclamo de su cadena cinemática, dotada del habitual sistema de tracción total permanente con reductora y bloqueo de los tres diferenciales, cambio automático de nueve velocidades y un rabioso motor V8 biturbo que desarrolla 850 Nm y 585 CV… o 585 + 1 CV si sumamos el equino que galopa por el espacio en los laterales de la carrocería.