Mercedes y RM Sotheby´s subastaron, el pasado 5 de mayo en un acto privado en el museo de la marca en Sttutgart, una de las dos únicas unidades que la marca fabricó, en 1955, del Mercedes 300 SLR Coupé. En esta subasta privada, a la que sólo pudieron acceder coleccionistas previamente seleccionado, se vendieron en realidad cerca de 1.100 vehículos de la colección de clásicos de la marca, pero el coche estrella era, sin duda, este 300 SLR Coupé.
Finalmente, la puja más elevada por este vehículo fue realizada por el coleccionista y tratante de vehículos británico Simon Kidston, que actuó en nombre de un comprador anónimo. Eso sí, el nuevo propietario ha accedido a que el coche, que apenas ha recorrido 6.000 km desde que fue fabricado, se presente al público en determinadas ocasiones especiales.
La subasta, al menos, tiene un carácter altruista, ya que los fondos recaudados por este vehículo se destinarán al Mercedes Benz Fund, un programa de asistencia escolar que, según el sueco Ola Källenius, CEO de la marca alemana, pretende “alentar a una nueva generación […] a desarrollar nuevas tecnologías, en particular aquellas que respaldan el objetivo de la descarbonización y la preservación de los recursos”.
Mercedes 300 SLR Coupé: un coche único
Pero, ¿qué hace tan especial a este Mercedes 300 SLR Coupé? De entrada, su pedigrí de competición, ya que este modelo está basado en los prototipos Mercedes 300 SLR (con denominación interna W196 S) que participaron en el Mundial de resistencia en 1955 y que la marca desarrolló a su vez a partir del monoplaza W196 R, con el que el argentino Juan Manuel Fangio se proclamó campeón del Mundial de F1 en 1954 y 1955.

Mercedes desarrolló hasta nueve chasis de los W196 S, que gracias a su motor de 3.0 L y 8 cilindros en línea, que desarrollaba 272 CV, dominaban la temporada de 1955. Todo parecía encaminado hacia una temporada triunfal de los Mercedes… hasta que, durante las 24 Horas de Le Mans, tuvo lugar el accidente conocido como ‘El desastre de Le Mans’.
En él, se produjo una colisión entre un Austin Healey pilotado por Lance Mancklin y el Mercedes 300 SLR del piloto francés Pierre Levengh. Debido al choque, Levengh falleció pero lo peor es que distintas piezas de los vehículos saltaron por los aires e impactaron sobre las gradas, matando a 83 espectadores e hiriendo de distinta gravedad a otros 180. Este accidente provocó que Mercedes se retirara de la competición y abandonará el proyecto de los W196 S.

Pero, antes incluso del accidente en Le Mans, el responsable de competición de la marca por aquel entonces, Rudolf Uhlenhaut; había aprovechado dos de los nueve chasis de los W196 S para convertirlos en turismos coupé, incluyendo en su carrocería las famosas alas de gaviota del Mercedes SL. La Idea de Uhlenhaut era inscribirlos en la Carrera Panamericana de aquel año, pero el accidente de Le Mans lo cambió todo.
De esta forma, se habían creado dos unidades del Mercedes 300 SLR Coupé (también conocidos como Uhlenhaut Coupé, debido a su creador), que nunca llegaron a competir pese a que, con un peso de apenas 1.117 kg y una velocidad máxima de 290 km/h, fueron considerados como los coches más rápidos del planeta durante esos años.

De los dos Mercedes 300 SLR Coupé, uno se fabricó con interior en tonos azules y es conocido dentro de Mercedes como ‘Blue’, y otro se realizó con un interior rojo, es conocido como ‘Red’ y fue la unidad que Uhlenhaut decidió usar durante varios años como coche de empresa. Finalmente ha sido ‘Red’ el 300 SLR que Mercedes ha subastado por una cifra que ha establecido, de largo, un nuevo récord en la historia del automóvil.
