Este Mercedes-Puch Clase G ambulancia puede ser tuyo

Este Mercedes-Puch 290 GD ambulancia está perfectamente restaurado, cuenta con 4.500 kilómetros y se vende por menos de 80.000 euros.


Ya hemos hablado en otras ocasiones de los Puch Clase G retirados del servicio por el ejército suizo que Lorinser ha adquirido y que poco a poco restaurando y poniendo a la venta. Pero el de hoy es un vehículo realmente especial, cuyo valor podría subir en no mucho tiempo.

A las habituales restauraciones, los restomods (restauraciones con componentes más actuales que mejoran el aspecto y las prestaciones de los vehículos originales) y preparaciones habituales de Lorinser, se suma ahora la restauración de este Puch 290 GD que hasta hace poco tiempo formaba parte de la flota del Departamento Federal de Defensa, Protección Civil y Deporte (DDPS) de Suiza.

Un Clase G de 1994 prácticamente nuevo

Matriculado en julio de 1994, está en muy buenas condiciones y con la práctica totalidad de sus componentes originales a pesar de su antigüedad. Conserva, asimismo, la pintura original, Blanco Ártico, y registra únicamente 4.500 kilómetros en su odómetro, lo que hace de este Clase G «carne de coleccionista», si bien también podría ser una soberbia base para una autocaravana todoterreno destinada a viajar por lugares remotos.

Su precio, 79.900 euros, nos parece una auténtica ganga. Además del equipamiento médico original (que incluye las dos camillas y una máquina de respiración asistida), cuenta con aire acondicionado tanto en la cabina como en la zona trasera.

El motor, al igual que en cualquier otro Mercedes 290 GD, es un diésel atmosférico de cinco cilindros que desarrolla 95 CV y 192 Nm, acoplado a un cambio manual de 5 velocidades.

Un Clase G ambulancia con madera de trotamundos

El tema del motor es verdaderamente interesante, ya que, si bien la potencia parece escasa para los estándares actuales, resulta suficiente para rodar a ritmo tranquilo, y el par en las inmediaciones del ralentí llega a ser incluso superior al que ofrecen los más modernos motores turbodiésel. Pero lo más interesante es que se trata de un motor prácticamente a estrenar que puede funcionar con gasóleo de muy baja calidad y altos niveles de azufre, algo fuera del alcance de los diésel más modernos, lo que convierte a este Clase G en un potencial trotamundos sin parangón.

Como era costumbre en la primera serie, el par se envía permanentemente al tren trasero, mientras que la conexión del tren delantero, de la reductora y del bloqueo del diferencial trasero se realizan manualmente. No hay bloqueo central porque no hay diferencial que bloquear, y sí se monta el bloqueo delantero, muy poco habitual en esta primera serie del Clase G; lo dicho: un todoterreno clásico con mayúsculas prácticamente a estrenar.

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