Sólo han pasado dos años, desde la última actualización de este todocamino nipón, pero para seguir siendo competitivo en el segmento con la competencia más feroz del mercado, el ASX vuelve a ponerse al día mediante cambios estéticos y novedades en equipamiento y sistemas de seguridad, entre otras cosas.
A nivel estético lo que más cambia en este Mitsubishi es el frontal, que sigue el camino marcado por sus hermanos mayores. Incluye detalles cromados, faros con tecnología led y un capó más elevado. También hay llantas de hasta 18 pulgadas -a partir del acabado intermedio-, ópticas traseras de nuevo diseño o una paleta de colores de carrocería con dos nuevas opciones –Rojo Diamond por 700 euros y Bronce Coffe, 400 euros-, para un total de siete tonos diferentes.
El habitáculo no evoluciona demasiado -la pantalla toma más protagonismo y son nuevos los mandos del climatizador-, así que es sencillo, pero con un material gomoso y agradable al tacto en las zonas que quedan más a mano. El acabado Kaiteki ya incluye de serie el techo panorámico de cristal, sistemas de seguridad como mitigación de colisión frontal, alerta de salida de carril, luces de carretera automáticas, alerta de tráfico trasero o asistente de arranque en pendiente. Sin embargo, la tapicería de cuero o los asientos delanteros calefactados y eléctricos son exclusivos del tope de gama, Kaiteki +.
Así es la gama del Mitsubishi ASX
La gama del ASX está compuesta por cinco acabados -Challenge, Spirit, Motion, Kaiteki y Kaiteki+- y únicamente ofrece un motor 2.0 litros de gasolina con 150 CV, aunque puede ser manual o automático y 4×2 ó 4×4. Está disponible desde 19.100 euros
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Mitsubishi ASX: un SUV espacioso
El espacio interior es bastante bueno en ambas filas, teniendo en cuenta que mide apenas 4,37 metros de largo. Los asientos delanteros son sencillos pero cómodos, y el puesto de conducción ofrece una buena visibilidad en todas direcciones.
Con el asiento del conductor ajustado a una persona de 180 cm de altura, alguien de la misma talla viaja holgado detrás, con espacio de sobra para piernas y cabeza. La plaza central trasera resulta estrecha para un adulto. El maletero de 406 litros no es de los mejores del segmento.
Un buen compañero de viaje
El nuevo y único motor de la oferta -no, ya no hay diésel- es un 2.0 litros atmosférico de cuatro cilindros, con 150 CV y 195 Nm de par, que sustituye al anterior 1.6 litros y mueve al ASX con cierta soltura.
El cambio automático de tipo CVT -de variador continuo- es suave y cómodo en conducción tranquila, aunque no muy intuitivo para circular con más alegría -mejora al usar las levas de forma manual-. Además, el consumo de gasolina sobrepasa con facilidad la cifra homologada.
La dirección del ASX es blanda y está bastante asistida -ideal para callejear o para aparcar- y la suspensión brinda una marcha suave y cómoda, aunque el eje trasero rebota un poco al afrontar resaltos. A pesar del balanceo inicial, el ASX se muestra estable, es agradable de conducir, y además goza de un aplomo considerable en vías rápidas y transmite confianza al conductor.
Veredicto: muy bueno, pero solo hay un motor
El Mitsubishi ASX es un SUV cómodo, amplio, bien equipado, de precio competitivo y con versiones de tracción total. La pena es que no ofrezca ninguna opción diésel para los más viajeros.